viernes, 29 de noviembre de 2024

Trabajo crea un permiso pagado de hasta cuatro días para catástrofes climáticas

Yolanda Díaz ha impulsado este nuevo derecho para situaciones como la DANA, que permitirán faltar al trabajo con el 100% del salario, junto con otras medidas que se prevén aprobar este jueves


El Gobierno tiene previsto aprobar este jueves un nuevo permiso laboral retribuido de “hasta cuatro días” para situaciones de catástrofes climáticas, informan en el Ministerio de Trabajo a elDiario.es. Se trata de un nuevo derecho para ausentarse del trabajo con el 100% del salario a cargo de la empresa que ha impulsado la vicepresidenta Yolanda Díaz para que esté garantizado de manera estable en la legislación ante posibles emergencias meteorológicas como la DANA en la Comunitat Valenciana, para la que el Gobierno ha regulado unos permisos de ausencia extraordinarios.

El decreto que pretende aprobar este jueves el Consejo de Ministros, con más ayudas para paliar la catástrofe en la Comunitat Valenciana, como anunció este miércoles Pedro Sánchez, incluye además nuevos derechos laborales para el largo plazo, con la mirada puesta en futuras emergencias climáticas.

En primer lugar, este nuevo permiso laboral se incorporará al artículo 37.3 del Estatuto de los Trabajadores, que regula permisos retribuidos como los cinco días por enfermedad grave u hospitalización de familiares, así como los 15 días por matrimonio, entre otros.

En concreto, se reconocen “hasta cuatro días” de permiso pagado para las situaciones en las que no sea posible llegar al trabajo por limitaciones de desplazamientos por parte de las autoridades o por riesgo grave e inminente, incluidas las situaciones derivadas de una catástrofe o fenómeno meteorológico adverso.

En los casos en que sea posible el teletrabajo, la empresa podrá establecer el trabajo a distancia, indican en el Ministerio de Díaz, cumpliendo con las obligaciones previstas por ley y, en particular, el suministro de los medios y equipos para el desarrollo de la actividad.

Tras los cuatro días, ERTE por fuerza mayor

Transcurridos los cuatro días de “permiso climático”, como los denominan en el Ministerio de Trabajo, este se podrá prolongar hasta que desaparezcan las circunstancias que lo justificaron, aunque las empresas tendrán la posibilidad de aplicar un ERTE por fuerza mayor para dejar de pagar los salarios y que sea el Estado el que asuma el pago de las prestaciones a la plantilla.

En Trabajo destacan la relevancia de reconocer este derecho de ausencia de manera estable, para que los trabajadores y trabajadoras conozcan con antelación sus derechos de cara a una posible emergencia meteorológica.

El “permiso climático” de hasta cuatro días es algo menos extenso en sus ausencias justificadas que el regulado de forma urgente por la DANA de la Comunitat Valenciana. En este se regularon varias situaciones muy específicas, como el derecho a faltar al trabajo para buscar familiares desaparecidos, atender labores de limpieza del domicilio habitual y para el cuidado de familiares, entre otras.

Hay que negociar protocolos para prevenir

El Ministerio de Trabajo también ha incluido algunas medidas más en el decreto que se aprobará este jueves, para ampliar la prevención y la seguridad laboral frente a las alertas meteorológicas, cada vez más frecuentes por el cambio climático, recuerdan en el departamento de Yolanda Díaz.

Así, se establece una nueva obligación de que la negociación colectiva negocie “protocolos de actuación” con medidas de prevención de riesgos “frente a catástrofes y otros fenómenos meteorológicos adversos”. Un mandato que alcanzará a “todos los convenios colectivos”, indican en Trabajo, y que permitirá que las plantillas y las empresas tengan claro cómo hay que actuar si acontece una emergencia de este tipo.

Además, el Ministerio que dirige Yolanda Díaz se compromete a regular en un plazo de doce meses un reglamento “sobre la protección de las personas trabajadoras frente a los efectos del cambio climático en el ámbito laboral”.

Este lo publicó, este se querelló... ¡y este juececito lo imputó!

Es una división del trabajo precisa y eficaz, cada uno en su puesto: medios, políticos, denunciantes y jueces. Se consigue una acumulación de noticias, querellas, citaciones, imputaciones, donde todo se mezcla, todo se confunde, y todo suma para la causa: derribar al gobierno


“No hay tregua. Todos los días un escándalo, una citación en un juzgado, una imputación”. Nadie mejor que Núñez Feijóo para definir la estrategia de acoso y derribo político-mediático-judicial contra el Gobierno. La cita anterior es suya, este jueves ante un auditorio empresarial. Pretendía subrayar lo insostenible de la situación, pero el subconsciente le traicionó y acabó desvelando la estrategia: sin tregua. Cada día un escándalo. Cada día una citación judicial, cada día una imputación. De eso se trata. Que el ritmo no pare.

Llevamos meses asistiendo a la misma secuencia, siempre con los mismos protagonistas: la prensa de derechas, organizaciones ultraderechistas (Manos Limpias, Abogados Cristianos, etc), parlamentarios de PP y Vox, y unos cuantos jueces. Unos publican una información escandalosa sobre el gobierno o la familia del presidente; otros recortan la noticia y van con ella al juzgado; otros lo menean en sesiones de control y comisiones de investigación; y por fin un juez admite la querella, abre investigación, cita testigos, y acaba imputando. Misión cumplida.

¿Está claro? Si alguno no lo entiende, prueba a explicárselo con los cinco dedos de la mano, siguiendo el cuento infantil de “este cogió un huevo…, este lo frio…, este le echó sal…”. Venga, prepara la mano y ve sacando dedo a dedo, empezando por el meñique: “este publicó un bulo…, este se querelló…, este admitió la querella…, este preguntó en la sesión de control…, y este juececito… ¡lo imputó!”

Es una división del trabajo precisa y eficaz, cada uno en su puesto, movimientos sincronizados, relojes en hora, como una banda de atracadores: tú al periódico, tú al juzgado, tú al parlamento… Se consigue una acumulación de noticias, declaraciones, querellas, citaciones, nuevas líneas de investigación, nuevas citaciones de testigos, imputaciones, donde todo se mezcla, todo se confunde, y todo suma para la causa: la mujer del presidente, el hermano del presidente, el ministro, el secretario de organización, las bolsas de dinero, el avión venezolano, el fiscal general, el líder madrileño… Mezclando, confundiendo y sumando casos muy graves (Ábalos-Koldo-Aldama y alrededores) con nimiedades, denuncias cogidas con alfileres, acusaciones sin pruebas o directamente bulos.

Así una semana y otra, un caso tras otro, para lograr ese efecto bola de nieve, corrupción total, o “situación límite, la mayor degradación de la política española desde la Constitución”, dicho otra vez por Feijóo el memorioso, que se ve que no había nacido cuando los últimos gobiernos de González, y la Gürtel le debió de pillar sin cobertura.

Quienes conocieron a Feijóo en su hábitat natural, Galicia, cuentan que así fue como desgastó al gobierno de PSOE y BNG dos décadas atrás: a golpe de bulo, escándalo y denuncia, apoyándose en los medios afines y los jueces. Un día tras otro durante cuatro años. Luego todo quedó en nada, pero la estrategia funcionó y Feijóo ganó la Xunta.

No sé si le acabará funcionando también ahora, pero hay algo que ya ha conseguido: que no haya nada más, que vivamos todos dando vueltas al ritmo que marca su tam-tam. El gobierno dedicando todo su tiempo y energías a defenderse, la oposición atacando a tiempo completo, las portadas y telediarios apenas hablando de otra cosa, y la ciudadanía agotada o enfurecida, rindiéndose o eligiendo trinchera, mientras todo está por hacer. Socorro.

¡Nos comerán!

Un día reivindican el franquismo como un tiempo de “progreso y reconciliación” y al siguiente increpan a una diputada de Podemos. Es lo último de la semana, pero ha habido, desde que llegaron a la arena política, infinidad de gestos y expresiones que asustan. Mucho. Lo suyo es el lenguaje soez, insultante, de macarra de discoteca, intimidatorio y siempre violento. Lo esparcen entre las paredes del hemiciclo y, luego, lo vomita su clac en las redes sociales.

Hablamos de Vox, claro. Ya saben, para el diputado ultra Manuel Mariscal: “Gracias a las redes sociales, muchos jóvenes están descubriendo que la etapa posterior a la Guerra Civil no fue una etapa oscura como nos vende este Gobierno, sino una etapa de reconstrucción, de progreso y de reconciliación para la unidad nacional”. Nunca antes se había hecho en democracia, y en sede parlamentaria, una apología de la dictadura tan explícita. Nunca antes se había escuchado semejante dislate en favor del patio infecto en que se han convertido las redes. Y nunca antes tanta expresión gruesa y tanto desprecio habían llegado en este país a colapsar la verdad y la convivencia democrática. Está pasando. Y están, como bien avisa, Gabriel Rufián, “envalentonados como nunca”.

“Si no ponemos pie en pared, nos van a comer”, alertó este jueves el portavoz de ERC a la presidenta de la Cámara, Francina Armengol, para llamar la atención después de que otro ultra, Pedro Fernández Hernández, hubiera gritado “tómate la pastilla” a la parlamentaria de Podemos Martina Velarde cuando esta acababa su intervención en la tribuna para rechazar una propuesta de Vox en la que pedía derogar la Ley de Memoria Democrática.

Especial relevancia tuvo también el gesto de la portavoz del PP, María Jesús Moro, quien quiso, con la mano puesta en su corazón, expresar su sincero apoyo a Velarde: “Martina, todo mi apoyo y consideración para ti y para todas las mujeres porque no vamos a tolerarlo”. Palabras que fueron aplaudidas a ambos lados del hemiciclo, también por los diputados de Podemos y que también ponen de manifiesto que no toda la derecha está por la labor de arredrarse, ni de callar, ni de sucumbir a tanta indignidad.

Moro ha sido en todo este tiempo una digna excepción de la derecha del PP, que desde que llegó Vox se ha sumado a sus guerras culturales, ha copiado sus discursos, ha emulado sus formas y ha asumido algunas de sus políticas más reaccionarias. Sin la complicidad, el silencio y los acuerdos de gobierno que los de Feijóo han firmado con los ultraderechistas, hubiera sido imposible llegar hasta donde hemos llegado.

No estamos ante la lógica de una confrontación ideológica sino ante un reñidero en el que toda opinión diferente se combate con la permanente demonización y deslegitimación del adversario y un aumento de la violencia política y digital que cualquier día nos dará un disgusto del que todos nos lamentaremos. Pasará en el Parlamento o en la calle, pero el ambiente tóxico que desprende la conversación pública emite señales mucho más que preocupantes. Y, entonces, cuando ocurra, muchos, también los que han contribuido a ello, por acción u omisión, se preguntarán cómo y por qué fueron capaces de mirar hacia otro lado y de llegar a extremos tan abyectos como los que escuchamos a diario, y no sólo en boca de los líderes políticos. También en las radios, en las televisiones y en los medios digitales.

La derecha tradicional es cómplice, es responsable y llegará un día en el que Feijóo, por seguir los pasos que le marca el sector más ultra de su partido, no se reconozca en el espejo. O sí, porque quizá tengan razón los que sostienen que todo este lodazal de agresividad en el que chapotea junto a los de Abascal fue siempre su verdadera zona de confort. Alguien debería recordarle que el odio casi siempre es la antesala de la violencia y que esta ya asoma en algunas de sus múltiples versiones. La machista, desde luego, aunque la nieguen sus socios. La digital, contra la que deberían adoptarse con urgencia políticas públicas, por supuesto.

Y, sí, a este paso, si nadie dice ¡basta!, nos comerán.


lunes, 16 de septiembre de 2024

Por qué, a pesar de lo que predican, los partidos de extrema derecha en Europa están en contra de los trabajadores

El análisis de los patrones de voto de los grupos de extrema derecha en ocho cuestiones estrechamente relacionadas con el bienestar de los trabajadores, como los salarios y los impuestos, demuestra que su retórica es hueca

En Estados Unidos y Europa, la extrema derecha se presenta a menudo como la defensora de los derechos de los trabajadores, la representante de los “olvidados” o de los “que han quedado atrás” en la era postindustrial. Argumentan que los votantes de clase trabajadora se están alineando masivamente con la extrema derecha porque “la izquierda” les ha traicionado. Además, se afirma que los partidos de extrema derecha se han desplazado hacia la izquierda en cuestiones socioeconómicas como los derechos laborales y han ocupado el espacio de los partidos socialdemócratas como los “nuevos partidos de la clase obrera”.

Este discurso ha calado, incluso entre las élites socialdemócratas de Europa. Sin embargo, lo cierto es que los trabajadores no están apoyando en masa a los partidos de extrema derecha, sino más bien a la derecha dominante y a los verdes. Y ahora, el estudio que acabamos de publicar demuestra que, aunque los partidos de extrema derecha hayan adoptado cierta retórica que tradicionalmente era de izquierdas, siguen apoyando políticas e iniciativas legislativas de derechas que son perjudiciales para los trabajadores.

Hemos analizado los patrones de voto de los grupos de extrema derecha en una serie de cuestiones socioeconómicas. En concreto, nos fijamos en los dos grupos de extrema derecha del Parlamento Europeo saliente (2019-2024): el grupo Identidad y Democracia (ID), ya disuelto, que incluye a la Agrupación Nacional de Marine Le Pen, y los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), dominados por el partido de la primera ministra italiana Giorgia Meloni, Hermanos de Italia. También hemos analizado las iniciativas legislativas del partido Fidesz de Viktor Orbán en Hungría, que está a la cabeza de los nuevos Patriotas por Europa (PfE), el grupo que se formó este verano como sucesor no oficial del ID tras las elecciones europeas.

Nuestro análisis examinó los votos de todos los partidos de extrema derecha en ocho cuestiones relacionadas con los derechos de los trabajadores, entre ellas el pago a los trabajadores de un salario mínimo adecuado, la garantía de transparencia salarial, la oferta de períodos de prácticas de calidad y el establecimiento de un impuesto mínimo para las empresas multinacionales pactado a nivel mundial.

El análisis, realizado para el Instituto Sindical Europeo, muestra que, contrariamente a lo que la extrema derecha nos quiere hacer creer, y a lo que efectivamente cada vez se cree más, sus patrones de voto sobre las directivas de la UE propuestas no indican un posicionamiento favorable a los trabajadores en cuestiones socioeconómicas, y mucho menos un posicionamiento de izquierdas. Más bien al contrario: en prácticamente todas las ocho cuestiones que hemos examinado, el comportamiento de voto de la extrema derecha sugiere un posicionamiento indiferente, cuando no directamente hostil, hacia los derechos de los trabajadores. Un ejemplo llamativo es el claro rechazo a la transparencia salarial y la oposición a una directiva de la UE sobre salarios mínimos dignos y suficientes, principalmente entre los miembros del grupo ID.

Por otra parte, hemos constatado diferencias sustanciales en los patrones de voto de los partidos de extrema derecha, en marcado contraste con la disciplina de voto de otros grupos políticos en el Parlamento Europeo. Mientras que la mayoría de los grupos políticos votan casi unánimemente en cuestiones socioeconómicas, los dos grupos de extrema derecha (en particular el ECR) suelen estar bastante divididos.

Por ejemplo, sobre las propuestas de un tipo mínimo del impuesto de sociedades en toda la UE, que apoyó el 92% de los eurodiputados, los de ID y ECR se mostraron muy divididos. Mientras que tres partidos de ID votaron en contra de la directiva, entre ellos Alternativa para Alemania (AfD), tres votaron a favor y dos se abstuvieron. En el ECR, la mitad de sus 10 partidos de extrema derecha votaron en contra, cuatro se abstuvieron y sólo uno votó a favor.

La escasa disciplina de voto dentro de los grupos indica que las cuestiones socioeconómicas no son un tema central para la extrema derecha. Curiosamente, el comportamiento general de voto de Fidesz en Hungría no encajó en ninguno de los grupos, y en general fue ligeramente menos reacio que otros partidos de extrema derecha a la idea de establecer un impuesto mínimo para las multinacionales en toda la UE.

Llama la atención que los partidos de extrema derecha del sur de Europa, como la Liga (ID), los Hermanos de Meloni de Italia y la Solución griega (ECR), hayan tenido un voto menos hostil en cuestiones que favorecen los derechos de los trabajadores que sus pares en el norte de Europa. Los Demócratas Suecos, el Partido Popular Conservador Estonio y el Partido Popular Danés han tenido un voto más hostil, sin duda en contra de los sólidos derechos de los trabajadores que ya existen en sus países.


Aunque nuestro estudio evidencia que el ECR pone más el foco en cuestiones socioeconómicas que los miembros del ID, la gran diferencia en los patrones de voto de los partidos de extrema derecha, así como su escasa disciplina de voto, confirman que los derechos de los trabajadores no son una prioridad en su agenda. Esto contrasta con cuestiones que sí son prioritarias y centrales en su agenda y discurso, como la migración y las peticiones de asilo. Ambos grupos apelan de forma unánime a una “fortaleza europea” que pueda frenar la llegada masiva de migrantes y solicitantes de asilo.

En resumen, aunque la extrema derecha afirme defender los derechos de los trabajadores con una retórica cada vez más “de izquierdas”, lo cierto es que se constata, al analizar su patrón de voto, que siguen socavando sus derechos. Nuestra investigación no sólo demuestra que la imagen de la extrema derecha como defensora de los trabajadores es generalizadora en el mejor de los casos, y errónea en el peor; también nos recuerda que no sólo debemos fijarnos en lo que dice la extrema derecha, sino también, y lo que es más importante, en lo que hace. Y no cabe duda de que la extrema derecha ataca a los trabajadores, y que está escorada a la derecha no solo en materia de asilo e inmigración sino también en cuestiones socioeconómicas.


Cas Mudde es profesor de la cátedra Stanley Wade Shelton UGAF de Asuntos Internacionales en la Universidad de Georgia, Estados Unidos, y autor de La ultraderecha hoy. Gabriela Greilinger es estudiante de doctorado en la Universidad de Georgia.

Traducción de Emma Reverter

viernes, 9 de agosto de 2024

LOS PLAZOS EN EL PROCEDIMIENTO DE CONTRATACIÓN ABIERTO.

LOS PLAZOS EN EL PROCEDIMIENTO DE CONTRATACIÓN ABIERTO.

Los plazos en el procedimiento de Contratación Abierto. Distintas fases.


Presentación ofertas:

En los procedimientos abiertos sujetos a regulación armonizada: el plazo para presentar proposiciones no será inferior a 35 días naturales desde publicación anuncio (artículo 156.2 LCSP). Si se acepta presentación electrónica se podrá reducir a 30 días (artículo 156.3 LCSP).

En el resto de abiertos: el plazo no será inferior a 15 días naturales, contados desde el día siguiente a la fecha de publicación del anuncio (artículo 156.3); en lo de obras en concreto tendrán que mediar 26 días naturales (artículo 156.4)

Apertura por la mesa de proposiciones:

Plazo máximo de 20 días naturales desde la fecha de término de presentación de ofertas. El plazo se entenderá cumplido cuando se haya abierto el primero de los sobres o archivos electrónicos que componen la proposición (artículo 157.3).

La apertura del sobre de oferta económica se hará en acto público salvo cuando se prevea se puedan emplear medios electrónicos (artículo 157.4).

Adjudicación (artículo 158):

Si el único criterio de selección es el precio: plazo máximo de 15 días naturales desde el día siguiente a la apertura de proposiciones.

Si hay pluralidad de criterios o uno único que sea el de menos coste del ciclo de vida: plazo máximo de dos meses a contar desde el día siguiente a la apertura de proposiciones salvo que se hubiera establecido otro plazo en el Pliego de Cláusulas Administrativas.

Si hay varias aperturas independientes de sobres o archivos electrónicos, el plazo se computa desde la apertura del primero.

Estos plazos se ampliarán 15 días más en el caso del 149.4 de la LCSP ( se incurra en baja anormal y desproporcionada y haya que acudir al trámite de justificación de la misma).

La consecuencia del incumplimiento de estos plazos en la adjudicación es que el licitador tiene derecho a retirar su oferta y a la devolución de la garantía provisional si existe.

Documentación justificativa tras adjudicación (artículo 150):

Se requerirá al licitador que haya presentado mejor oferta para que en el plazo de 10 días hábiles a partir del día siguiente al requerimiento, para que presente la documentación justificativa (de los requisitos previos, artículo 140.1 a, b, y c) y para constituir la garantía definitiva, si la hubiera. Se adjudicará el contrato en los 5 días hábiles posteriores a la recepción de dicha documentación.

Resolución y notificación de la Adjudicación (artículo 151):

Deberá ser publicada en el perfil del contratante en el plazo de 15 días naturales e indicarse en la misma los recursos posibles y el plazo en que deberá formalizarse el contrato. Deberá notificarse por medios electrónicos.

Formalización de los Contratos (artículo 153):

Si el contrato es susceptible de recurso especial, la formalización no podrá efectuarse antes de que transcurran 15 días hábiles (que es el plazo para interponer el recurso) desde la notificación de la adjudicación. Una vez transcurrido dicho plazo, se requiere al adjudicatario para que firme el contrato en los 5 días naturales al siguiente a ser requerido para ello.

En los restantes casos, la formalización del contrato deberá efectuarse no más tarde de los 15 días hábiles siguientes a aquel en que se realice la notificación de la adjudicación.

Si por causas imputables al adjudicatario no se formaliza el contrato en plazo, se le adjudicará al siguiente licitador por el orden en que hubieran quedado las ofertas.

Anuncio formalización de los contratos (artículo 154):

En un plazo no superior a los 15 días naturales tras el perfeccionamiento del contrato en el perfil del contratante. Si el contrato está sujeto a regulación armonizada deberá publicarse también en el “Diario Oficial de la Unión Europea”.

La adjudicación de los contratos basados en Acuerdos Marco, ya perfeccionados, se publicará trimestralmente dentro de los 30 días naturales siguientes al final de cada trimestre.

martes, 2 de julio de 2024

Ustedes perdonen. Votan ultra porque les gustan los ultras.


Nos abruma Francia, nos abruma Estados Unidos. Cada voto a Marine Le Pen, y son muchos millones, ya lo han visto, es una pequeña herida en nuestra conciencia de demócratas. Ahí tienen los resultados de las elecciones francesas, victoria histórica de la ultraderecha. Habrá que esperar al domingo próximo, porque el Nuevo Frente Popular aguanta. Empieza ahora el frenesí de las alianzas. ¿Dónde se situará Macron, por ejemplo? Lo dicho, a esperar. Pero vayamos un poco más allá. Ya sabe el Ojo que la moda es culpar a los partidos actuales, a los políticos que rigen los países europeos de este auge de la extrema derecha. No han hecho nada, son unos inútiles y bien merecido se lo tienen. Pero es una tesis de vuelo más bien gallináceo. Porque si uno está en contra de la política tan de derechas de Macron, caso que nos ocupa, lo lógico sería votar a algún partido de izquierda, el revés de la trama, que en ningún mapa del comportamiento electoral está señalado que haya que votar, ay, qué dolor, a la extrema derecha reaccionaria y xenófoba de la Agrupación Nacional. Eso van a hacer, por ejemplo, en el Reino Unido, donde el moderadísimo laborismo parece una guerrilla revolucionaria frente a un partido conservador echado al monte de la locura.

Para clarificar el panorama. Los franceses que han votado Le Pen es porque quieren Le Pen, no porque odien a Macron, a Bruselas o a la Agenda 2030, que se supone que también. ¿Suena feo? Pues qué le vamos a hacer. Quiero decir que quien elige la papeleta de Vox es porque le gusta Abascal, aplaude sus políticas deleznables y es tan reaccionario como él. Porque en el colegio electoral puede optar entre izquierda o derecha, más o menos moderada, pero se decanta por la extrema derecha pura, dura y vociferante. Grita el gran hombre las barbaridades que nos esperan si gobiernan, y a sus votantes les encanta el plan. Y no hablemos de los 800.000 de Alvise. La culpa, digámoslo, no es de Sánchez ni de las feministas ni de Podemos. La razón de esa deriva se encuentra en este neocapitalismo feroz que nos come, embutido en unos medios y unas redes sociales aberrantes, que nos conduce a la irracionalidad de votar a los enemigos de la inteligencia y los sentimientos decentes.

Ocurre también en Estados Unidos. ¿Alguien duda de que Joe Biden es un político honesto, que cree en la justicia social, que ayuda a los sectores más desfavorecidos, y que así lo ha demostrado durante los años de su gobierno? Por el contrario, ¿hay alguien en la sala que no sepa que Trump es un dirigente soez, estrafalario, mentiroso, que va a apoyar sólo a los ricos, que va a acabar con cualquier atisbo de política de entendimiento, interna y externa? Mismo razonamiento que el anterior: le votan porque les gusta, porque son tan cafres como el magnate que produce bulos como una metralleta y a los que no afecta que sea un tipo condenado por varios delitos un tanto repugnantes. Ya, ya se sabe que hemos visto a un Biden terrible en el debate de la CNN. Ésa es otra discusión y nos lleva a la incomprensión, al menos desde esta pequeña atalaya española, de entender cómo es posible que un país como Estados Unidos, más de 330 millones de habitantes, primer PIB del mundo, sea incapaz de encontrar unos candidatos mejores para presidir su país que a un energúmeno como Trump y a un anciano doliente como Biden.

Pero volvamos a los motivos de tanto voto ultra. Sería de mucho mayor provecho que los intelectuales que se ocupan de la cosa pública estudiaran de verdad cómo funcionan esos métodos de alienación, descubrieran qué busca el votante en el triunfo de esos ultras a los que vota, qué espera que le proporcionen, bienes materiales o inmateriales, a él y a los suyos, en lugar de culpar una y otra vez a los demócratas liberales o a los socialistas por serlo. Las políticas de las socialdemocracias durante las décadas que siguieron a la II Guerra Mundial sacaron de la miseria a millones y millones de europeos, masacrados por esa barbarie que desató aquel ultraderechista, Adolf Hitler, de tan odioso recuerdo, pero votado por los alemanes, como recordarán, secundado por Mussolini, Franco o Salazar, a los que esos nuevos votantes quieren retirar ahora, cuando menos, del museo de los horrores. Hoy mismo la sociedad europea, desgracias y agravios evidentes, ofrece un mundo bastante decente a sus ciudadanos. ¿Errores de Bruselas? ¿Fallos en Francia, España, Italia, Alemania en política de juventud, empleo, vivienda? ¿De igualdad social? Claro. Y es obvio que los partidos establecidos deben redoblar sus esfuerzos. Aquí ya lo hemos dicho hasta que se nos ha caído la lengua al suelo de tanto repetirlo. Pero hagan el favor de retirarse al rincón de pensar un momento, si es que saben hacerlo y cuentan con dicho refugio, y díganme qué soluciones de verdad ofrece esta ultraderecha que nos agobia a esos problemas reales. ¿Echar a los extranjeros que cuidan a nuestros niños o ancianos y friegan nuestros suelos? ¿Desregular los mercados financieros? ¿Fomentar la competencia de salvajes capitalistas, te devoro porque puedo, te echo de tu barrio porque tengo dinero para comprar tu casa? Mejor los colegios para los curas y las monjas, las clínicas para las multinacionales, hágase usted un plan de pensiones con ese banco que tanto le quiere. Entonces, una vez más, ¿por qué les votan? ¿Dónde están las claves? Y no, no quiero oír de nuevo la cantinela del desencanto. Nadie, absolutamente nadie, le obliga a usted a votar a Vox. Si lo hace, es porque esa es su santa voluntad, no culpe a Óscar Puente ni a Yolanda Díaz. ¿Está usted en su democrático derecho de hacerlo? Pues claro, faltaría más. Pero entonces, las reclamaciones al maestro armero.

¿Tiene el Ojo el día teórico? Pues sí, ¿pasa algo? Pero si no les gusta, podemos bajar al barro cotidiano y hablar, qué pereza, del Consejo del Poder Judicial o de esa madeja imposible de desenredar que es la política en Cataluña. Del primer caso, destacar algún aspecto gracioso, como esa dicotomía de la derecha, y la prensa a su servicio, mande usted, don Alberto, o doña Isabel, que de todo hay, que afirma al tiempo que Sánchez es un malvado y maquiavélico dictador, sátrapa, dicen, que quiere nombrar sólo a jueces de su cuerda, y al tiempo es el ingenuo bobón al que Feijóo ha embaucado como a un tonto de capirote, te hemos engañado como a un chino, que dicen ellos, siempre tan respetuosos con las minorías. ¿Verdad que es divertido ver los equilibrismos de los señoritos, cuando en verdad lo que ha ocurrido es que Pedro Sánchez dijo o firman ustedes o me hago un rosario con sus dientes de marfil? Y el líder del PP vino, firmó y rubricó. Se acabaron cinco años de boicot insultante. Quizá habría que deducir de este sucedido que Feijóo ha entendido, la vida es dura, que hay Sánchez para rato y a lo mejor conviene modular la oposición.

Cuentan que Núñez quiso también sacudir un sopapo a su queridísima amiga y compañera de partido Isabel Díaz Ayuso, conocida en las terrazas madrileñas como la reina del vermú, opuesta notoriamente a la firma, que de pura embriaguez de autoconfianza protagonizó esa misma semana la patochada de la medalla a Milei, qué risa, cómo hemos visto hacer el ridículo a politiquitos y empresarios de medio pelo, que se creen las bobadas, o maldades, como quieran calificarlas, de ridículos gurús de ridículas fundaciones ultraliberales, engrasadas, eso sí, con abundantes miles y miles de euros de ignota procedencia. Ya saben, lo explicaba Don Mendo, que las siete y media es juego vil, que el no llegar da dolor, más ¡ay si te pasas! ¡Si te pasas es peor! Para hacer tales astracanadas y ganar el envite tienes que haber logrado antes dos cosas importantes. La primera, contar con la confianza y el apoyo de tus pares y, en segunda, tener en la lona al enemigo al que quieres derribar. Ni una ni otra. Dista mucho Ayuso de contar con la adhesión de los otros jefes de su partido, y Feijóo todavía es demasiado enemigo para la pizpireta chulakari. Sonoro, estrepitoso el fracaso. Eviten a este plumilla referirse a defraudadores a Hacienda y otros especímenes de la fauna que rodea a la interfecta.

Y qué decir de Cataluña. Por lo pronto, y como se esperaba, la rebelión del Supremo, –¡ah, los amigos Llarena y Marchena, carne de nuestra carne!– para negar la amnistía a Puigdemont y otras decisiones de similar empaque. Ya leerán aquí las doctas palabras sobre estos desmanes judiciales de Pérez Royo, Martín Pallín o Urías, siempre por encima de las consideraciones que pueda hacer el Ojo. La guerra anunciada, esa es la baza jugada a fondo por el PP, ya está encima de la mesa. A bayoneta calada. Estamos en los inicios de un enfrentamiento brutal, en el que quizá tenga que intervenir Europa. Mientras, los partidos independentistas van a su aire, como si vivieran en un mundo paralelo. Esquerra sigue en su laberinto y Junts allí, al fondo, agazapado a la espera de no se sabe qué giros del destino. Veremos qué sale de esos encuentros entre Puigdemont y Junqueras. ¿Illa o nuevas elecciones? El Ojo, como todo el mundo, nada sabe y sólo puede apostar, pura osadía: Illa, president, apoyo externo de Esquerra y bronca monumental con el PP por la financiación.


Queda, en este repaso semanal, mencionar, aunque sólo sea de pasada, esa esperada catarata de regeneración democrática, en especial la dedicada a los medios de comunicación, que conoceremos en su integridad el próximo día 17. ¿Cuesta al Gobierno hacer una cosa sensata? Pues ya verán venderla.

Adenda. Erramos mucho. Y también en cómo atajar la llamada violencia de género. Qué horror de fin de semana, mujeres y niños asesinados por hombres enloquecidos. Algo funciona mal, muy mal, porque alguna de las víctimas ya había denunciado a su pareja. Para frenar este desastre no nos pueden faltar medios ni dinero. Este país, nos dicen las macrocifras, va como un tiro. Que se note. Y por favor, callen la boca los gobiernos autonómicos del PP con Vox, tan distantes y mezquinos ante tanto dolor. Vergüenza da oír o no ver a los cargos electos de Vox en las muestras de condena. Volvemos a lo mismo: ¿por qué carajo les ha votado usted?

jueves, 6 de junio de 2024

Cuando vinieron a buscar a los que no eran como yo, guardé silencio.

“Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no pronuncié palabra,
porque yo no era judío,
Cuando finalmente vinieron a buscarme a mi,
no había nadie más que pudiera protestar.”

Martin Niemöller

martes, 28 de mayo de 2024

Esa olla podrida de la derecha y la ultraderecha (José María Izquierdo)

Conviene, pues, que repasemos el ideario de los partidos de extrema derecha de camisa negra, que la derecha de camisa blanca y corbata quiere meter en la lavadora, para que sepamos lo que vale un peine. Meloni, Le Pen, Abascal, Urban, el holandés Wilders, el portugués Ventura y otros varios proponen acabar con la Unión Europea como la conocemos


Se entiende muy bien que nos tenga ocupados, y mucho, la lectura puramente española de los resultados de las elecciones europeas del próximo 9 de junio. Lo primero, la pugna PSOE-PP, pero también saber qué escaños obtendrá Sumar y cuántos Vox, amén de los pezqueñines, relevantes por motivos variados. Elegimos en España 61 de los 720 eurodiputados en liza. Dicen las encuestas que el PP tiene más posibilidades de ganar, pero los socialistas se acercan metro a metro, día tras día. Y sí, repetimos, estaremos muy atentos a este recuento y sus evidentes consecuencias. Es verdad que las elecciones europeas nos han importado más bien poco en otras convocatorias, pero en esta ocasión debemos atarnos los machos, cruzar los dedos y el que crea en dioses, que rece. Un fantasma recorre Europa que nos hiela la sangre, por empalmar frases hechas. El futuro del continente, y con él nuestro porvenir, puede cambiar casi de la noche a la mañana. Porque es cierto, no hay más que mirar en derredor, que la extrema derecha, junto a la derecha débil y vergonzante, amenaza con segar muchas de las conquistas que tanto nos ha costado conseguir para hacer de esta Europa un lugar privilegiado -con desigualdades e injusticias sangrantes, cómo negarlo- para la vida en común de más de 450 millones de seres humanos.

Una extrema derecha que se extiende como una mancha de aceite -vaya día que lleva el Ojo de metáforas viejunas- por todo el continente hoy, además, no ya con la benevolente mirada, en ocasiones hasta concupiscente, de la derecha de toda la vida, esas señorías liberales o cristianodemócratas que miraban por encima del hombro a los ultraderechistas, gente vociferante y sin educación que no sabían comer las rillettes de conejo. Ahora ya están sentados a la misma mesa, aquí a mi lado, señora Le Pen, éste es su sitio, señora Meloni, qué gusto tenerle tan cerca, señor Abascal. Sus ídolos ya no son Winston Churchill o Helmut Kohl, ni tan siquiera Jacques Chirac o Giulio Andreotti, menudos pájaros todos ellos, pero al fin y a la postre, hechos de otra pasta. Hoy les encantan gañanes como Trump o Milei, payasos de la nada y destructores de cualquier vestigio de vida inteligente. O solidaria. O democrática. Es el clasismo de la derecha de toda la vida trufado de morcilla y mortadela. Donde antes había una cierta finura intelectual, ahora hay brutalidad y terca ignorancia. Unidos por el miedo a perder privilegios, han formado una coyunda antinatura que a la larga les resultará dramática. ¿Frases hechas? Están criando cuervos y les sacarán los ojos.

Vean, por ejemplo, el caso español, para qué irnos más lejos si aquí tenemos la muestra bien cerquita. ¿Qué les pareció esa fallida concentración del domingo, exhaustas las fuerzas reaccionarias del PP, tan poco dadas a los esfuerzos excesivos, que ya está bien de exigencias? Pues sí, exacto, una patochada ridícula. Sobre todo, porque su gran timonel, el señor Alberto Núñez Feijóo, tiene menos atractivo que un helado derretido. Además, piensa poco. Y mal. Ya le dijeron sus propios analistas, insisto, los suyos, que fue un enorme error conformar los gobiernos de coalición con Vox antes de las elecciones del 23J. ¿Qué mejor regalo a Sánchez para que éste llenara su campaña con lo obvio, la alianza del PP con la extrema derecha? Pues ahora, lo mismo, aquello del animal y la piedra. Nos gusta la señora Meloni, ha gritado el muy desahogado, por qué no nos vamos a arrejuntar en el Parlamento Europeo, si somos carne de nuestra carne, sangre de nuestra sangre. Y responde Sánchez, atónito ante la dádiva, lo que decíamos, lo doblamos: ultras todos, votar Feijóo es votar extrema derecha. Quiere Núñez presumir de fino estilista abonándose a la tesis del líder europeo de su formación, Manfred Weber, hozando de lleno en la extrema derecha, o a los devaneos de la funambulista Úrsula von der Leyen, pero las cosas hay que hacerlas con menos torpeza, y no como un auténtico patán.

Y si alguien les faltaba en la fiesta, está la reina del vermú, desatada ante las consecuencias de sus mentiras y el amigo íntimo defraudador, tan tosco en sus delitos como en sus dificultades para calzarse una peluca, que miren ustedes la poca chicha que tiene la cosa. Isabel Díaz-Ayuso es en sí misma una ultra feroz, que mejor, mucho mejor, estaría en Vox -si no más allá- que en la capilla de la calle Génova, que buena parte de sus dirigentes sudan colonia. Lleva días de procesión por la prensa adicta, con entrevistas repugnantes de sus cortesanos de El Mundo o de OKDiario, Eduardo Inda siempre al servicio de lo peor de cada casa. Las señas de identidad de la osada son el insulto, la chabacanería, la grosería, la ignorancia política e histórica absoluta, ni sabe de nada ni acierta nunca. ¿Habla la indocta de Hamás? ¿Conocerá algo, siquiera un resumen del Reader’s Digest de la historia de la región? ¿Se atreve a mencionar a ETA ante los cientos de socialistas que han sufrido en sus carnes -tanto como los del PP, claro- la violencia ciega y asesina de la banda terrorista? Es su estilo pura bazofia, heredera de los modos de José María Aznar y Esperanza Aguirre, vean ustedes qué insignes gurús sigue, filtrados sus sabios conocimientos por la ordinariez y la insolencia del ínclito Miguel Ángel Rodríguez. ¿Aplauden algunos sus desplantes? Y los del Bombero Torero. Ya ven qué mérito.

A veces se tiende, de manera un tanto superficial, a entender que ligamos a la derecha con la ultraderecha, al PP con Vox, por sus exabruptos, por sus lenguajes tabernarios cada vez más coincidentes, por el estilo zafio de sus portacoces, que decíamos hace años. Pero no es este el aspecto más importante de ese paralelismo, de esa imbricación. Ojalá fuera sólo eso, una mera coincidencia en las formas. No, no. Es que se coordinan en el fondo, en la ideología, en las ideas políticas, culturales y en las recetas económicas, amantes a muerte del neoliberalismo más feroz. Retrógrados, xenófobos, ultraconservadores en lo social, ultracapitalistas en la economía.

Y ése, no tanto sus vacuas bravuconadas, es el peligro real. Van a imponer, si ganan, medidas salvajes en materia de inmigración, como ya hace la admirada Meloni del subyugado Feijóo, mandando a los indeseables a Albania. O como Sunak, ahora fuera de la UE pero en línea ideológica, lo hace a Ruanda. Habrá restricciones en el aborto, en las políticas ante el colectivo LGTBI. ¿Les contamos qué pasa en Hungría? Sin olvidarnos de las implicaciones en el resto de derechos civiles, ellos que tanto claman ante la dictadura de Sánchez y aplauden con las orejas las vergonzosas intromisiones de la lideresa italiana en la RAI.

Conviene, pues, que repasemos el ideario de los partidos de extrema derecha de camisa negra, que la derecha de camisa blanca y corbata quiere meter en la lavadora, para que sepamos lo que vale un peine. Meloni, Le Pen, Abascal, Urban, el holandés Wilders, el portugués Ventura y otros varios proponen acabar con la Unión Europea como la conocemos. Muchos querríamos que fuera de otra forma, más democrática, más social, más justa. No sé si se logrará con la correlación actual de fuerzas entre izquierda y derecha. Lo que el Ojo sí sabe es que con ese conglomerado de ultratumba al mando -¡qué horror!- todo será peor. Mucho peor.

También respecto a Israel y el genocidio en Gaza, tiene razón Margarita Robles, con Netanyahu cada vez más enloquecido a la par que aislado internacionalmente. Y cuidado con Ucrania y las carantoñas con Rusia de algunos de los líderes de la ultraderecha que aquí hemos mencionado.

Otro día hablamos de las miserias de los partidos tradicionales, también del PSOE, y de las tareas que siempre prometen, pero que cumplen poco. Atención especial a la juventud, empleo, salarios y vivienda, porque sufren como perros. Y eso son votos, muchos votos, que se escapan, dolidos, amargados, hacia la extrema derecha rebosante de falsas y trapaceras promesas.

Adenda. Tentación de hablar de Felipe González y su macabra aparición en El Hormiguero. Pero dejemos las naderías y vayamos a lo mollar. El jueves se aprobará la ley de amnistía. Bien. Sepan que a partir de ahora son los jueces, malmetidos desde el inicuo Consejo del Poder Judicial, y siempre bajo el sobrevuelo del todopoderoso Tribunal Supremo del inefable Manuel Marchena Gómez, quienes manejarán los hilos del proceloso paso de la norma por los Tribunales. ¡Ah, los ilustres jueces, inmensas praderas de inmunidad ante su proceder! ¿Ven a García Castellón? ¿O al magistrado Juan Carlos Peinado, brusco salto a la fama, aquí estoy yo, eminentísimo jurista? Que el Gobierno sepa cómo hacer frente a la línea Maginot de togas y birretes. Pero si saben algo de historia, pueden preguntar a la preclara doctora Ayuso, recordarán que los alemanes se buscaron la vida y hallaron otras vías para adentrarse en Francia con la facilidad del cuchillo entrando en la mantequilla. ¿Conoce Bolaños las maniobras tácticas para burlar tan férreas defensas? ¡Preparados, listos, ya!

viernes, 17 de mayo de 2024

PSOE y Sumar acuerdan impulsar las medidas sociales del acuerdo de coalición ante la ausencia de presupuestos

PSOE y Sumar han celebrado este jueves la primera reunión de seguimiento del acuerdo de coalición, que los de Yolanda Díaz habían solicitado en varias ocasiones en los últimos meses. En el encuentro, que se ha extendido varias horas, ambos partidos han coincidido en impulsar las medidas sociales comprendidas en el pacto que suscribieron de cara a la investidura, según el comunicado que han difundido al finalizar. También han aprobado crear un grupo de trabajo para “desarrollar medidas de regeneración democrática”.

“Durante la reunión se ha constatado la buena salud de la coalición. El encuentro ha servido para impulsar el cumplimiento del acuerdo del Gobierno progresista de coalición, especialmente de las medidas sociales ante la ausencia de unos nuevos Presupuestos Generales del Estado para 2024”, reza el comunicado en el que ambos partidos han constatado la “buena salud de la coalición”.

Hace meses, en febrero de este año, el entonces coordinador ejecutivo de Sumar, Josep Vendrell, y el portavoz de esa formación y ministro de Cultura, Ernest Urtasun, enviaron una carta a al Partido Socialista en la que solicitaban la creación de una comisión de seguimiento del acuerdo de coalición que sellaron ambas fuerzas en noviembre.

En esa misiva, Sumar conminaba a los socialistas a celebrar una primera para elegir a los miembros de esa comisión como primer paso. En el acuerdo de coalición estaba contemplado que esta comisión se crease dentro de los 30 días de la conformación del Gobierno, por lo que esta primera reunión se ha celebrado finalmente con varios meses de demora.

En la reunión de este jueves, celebrada en el Congreso de los Diputados, han acudido por parte del PSOE, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, el ministro de Justicia, Félix Bolaños, el secretario de Estado de relaciones con las Cortes, Rafael Simancas, y la portavoz del partido, Esther Peña. Por Sumar han asistido Urtasun, la jefa de Gabinete de la Vicepresidencia Segunda, Virginia Uzal, el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, y la secretaria de Organización, Lara Hernández.

Reconocer lo antes posible el Estado de Palestina

Además de impulsar las medidas sociales del acuerdo de coalición, que no han detallado, el documento compartido habla de reconocer “lo antes posible” el Estado de Palestina, que el Gobierno podría aprobar el próximo martes. La televisión pública de Irlanda, uno de los países que ya ha mostrado abiertamente su intención de ir de la mano de España en el reconocimiento, adelantó hace unos días que las conversaciones entre ambos países para concretar un acuerdo sobre la fecha de la decisión apuntaban al 21 de mayo, justo a 48 horas de inicio de la campaña electoral de las europeas del 9-J.

En este sentido, ambas formaciones han compartido la necesidad de hacerlo cuanto antes y, además, de “impulsar las medidas necesarias para el fin de la barbarie cometida en Gaza”. Precisamente en una semana en la que entre los socios del Gobierno se ha abierto un nuevo frente a cuenta del posible atraque del buque 'Borkum'. En Sumar aseguran que ese barco, que tiene previsto este jueves repostar en el Puerto de Cartagena, lleva un cargamento de armas cuyo destino final es Israel, algo que niega la parte socialista del Ejecutivo.

Ambos partidos también han acordado “crear” un grupo de trabajo consensuado entre ambas formaciones para desarrollar medidas de regeneración democrática y “mantener los encuentros de la comisión de seguimiento de la coalición con una periodicidad de dos meses para seguir coordinando e impulsando la acción de Gobierno”.

lunes, 29 de abril de 2024

El castigo 'aleccionador' de MasterChef ante un problema de salud mental “manda un mensaje peligroso”(eldiario.es)

La actitud implacable del jurado contra una concursante que decidió abandonar al no encontrarse bien entronca con la arraigada creencia de que mostrarse vulnerable es signo de debilidad: “Traslada la idea de que es algo vergonzoso o incluso por lo que se puede recibir un perjuicio”, cree el psicólogo Jesús Linares

Marta Borraz
26 de abril de 2024 22:52hActualizado el 27/04/2024 22:48h


Un retrato casi perfecto de lo que no debe hacerse cuando alguien muestra que no es capaz de seguir, que no puede más. Es lo que casi un millón de espectadores pudieron ver en la última gala de MasterChef, el concurso de cocina de TVE, cuando Tamara, una de las participantes, decidió comunicar que abandonaba el talent ante la presión que sufría y las consecuencias que estaba teniendo para ella. Lejos de intentar comprenderla, los jueces reaccionaron duramente contra la decisión, sobre todo el cocinero Jordi Cruz, que, con actitud implacable, le acusó de haberle quitado la oportunidad a otra gente. “Muy bien, chao. Su delantal, su puerta”, le dijo indicándole el camino.

El vídeo ha dado la vuelta a la red social X (antes Twitter), donde acumula cientos de comentarios negativos hacia el jurado y hacia TVE por mostrar este tipo de conductas en la televisión pública. El momento ha abierto una conversación sobre la importancia de la salud mental, sobre cómo estas reacciones siguen nutriendo la idea cada vez menos aceptada pero muy arraigada de que parar y priorizarse cuando el cuerpo y la mente lo piden está mal. En este caso, además, con castigo de por medio.

Al debate ha entrado incluso la ministra de Sanidad, Mónica García, que ha mostrado su apoyo a Tamara, y ha llegado hasta el Congreso de los Diputados, donde Sumar ha preguntado a la presidenta de RTVE si “vale la pena” gastar 400.000 euros por cada programa a cambio de “transmitir valores que incluyen el individualismo, la rivalidad o el desprecio por los problemas de salud de los concursantes”, entre otros.

“Me siento muy frustrada y no me apetece seguir en la misma dinámica en la que no estoy bien. Es más importante estar bien yo que decepcionaros a vosotros, con todo el cariño del mundo, lo lamento muchísimo”, explicó Tamara justificando su decisión. Tras los comentarios de los jueces y las despedidas, Jordi Cruz espetó: “Continuamos. Aquí no ha pasado absolutamente nada” y acto seguido el programa emitió la dura reacción de David, el concursante legionario terraplanista: “A eso se le llama yoísmo. Considero que nos ha faltado el respeto a todos”.

A última hora de este viernes, RTVE anunció la retirada del programa en RTVE Play, su plataforma de contenido y borró el vídeo emitido en sus redes sociales. “Lamentamos la emisión de un contenido que no debió suceder. La dirección ha reforzado los controles internos para evitar episodios similares. RTVE reitera su compromiso con la salud mental”, aseguró un comunicado del ente público distribuido en redes sociales. Según ha podido saber Vertele, la decisión se tomó después de que la productora del programa, Shine Iberia, y el juez Jordi Cruz evitaran pedir disculpas.

“Regenera el estigma”

La psicóloga Ascen Castillo, coordinadora del equipo Tu refugio psicología, cree que lo sucedido manda un mensaje “peligroso”: “En primer lugar, el de que está mal priorizarse y cuidarse. Se confunde el egoísmo con cuidar de una misma, cuando es todo lo contrario porque para poder vivir en sociedad y estar bien con los demás debemos hacerlo. El segundo mensaje que se transmite es que está mal flaquear, lo que da una imagen de que tenemos que poder con todo siempre y eso no es lo natural de los seres humanos. Aguantar no es lo más importante. Lo más importante es tener salud y paz mental”.

Las voces expertas consultadas ponen el foco en qué efectos tiene hacerlo ante una gran audiencia y delante del resto de compañeros. “No solo es que esté prohibido mostrar el malestar o la vulnerabilidad, sino que además te vamos a castigar por ello de forma aleccionadora. Se ejecuta una reprimenda en público en la que los jueces, en una posición de poder, en vez de interesarse genuinamente y ofrecer apoyo están diciendo: 'Si tienes un problema no solo no te vamos a ayudar, sino que te castigaremos'”, reflexiona el psiquiatra Camilo Vázquez Caubet, miembro de la Asociación madrileña de salud mental.

Ese castigo aleccionador, cree el psicólogo Jesús Linares, no solo se ejerce contra Tamara, sino que es colectivo. El también director del Máster de Psicología de Emergencias de la Universidad Europea considera que no solo MasterChef “perdió una oportunidad de reforzar” la conducta de la concursante como un símbolo de que está bien hablar de lo que nos pasa y “de arroparla y acompañarla”, sino que “regenera el estigma” asociado a la salud mental y hace que la gente “pueda aprender que es mejor no hablar, no pedir ayuda o no priorizar cómo se siente”. “Se traslada la idea de que es de débiles, algo vergonzoso o incluso algo por lo que se puede recibir un perjuicio”, añade.

Una incomprensión que redunda en mantener los malestares psicológicos en secreto y que aún es real a pesar de los avances y las grietas que se han ido abriendo en los últimos años. Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya define la salud mental como “una parte fundamental de la salud” la vergüenza permanece y, de hecho, un fenómeno habitual y significativo es que “no hablamos con la misma naturalidad de ir al psicólogo que de ir al médico”. Aún así la situación ha ido cambiando, se ha roto el silencio y cada vez son más los referentes públicos –como los deportistas Simone Biles o Ricky Rubio– quienes hablan y ponen en primer plano su salud mental.

“No podemos con todo”

Si hay algún ámbito en el que se presentan más dificultades para mostrar el quiebre emocional es el del trabajo, coinciden los expertos. Camilo Vázquez, especializado en problemáticas laborales, cree que lo ocurrido en el plató de MasterChef no es casualidad. El experto piensa que el formato de entretenimiento del programa “está basado en la premisa de emular a los profesionales” de la cocina y, en ese sentido, la escena “representa algo que sucede mucho en el ámbito laboral”.

“Muchas veces se cae en la contradicción de tener un discurso favorable y comprensivo con la salud mental y luego, a la hora de la verdad, tener una actitud implacable cuando se está delante de una persona que sufre. Es una creencia que implica decir que tu salud mental es muy importante, pero que debe quedarse fuera una vez se cruza la puerta del centro de trabajo o, en este caso, del concurso. Y de ninguna manera se puede quedar fuera”, piensa Vázquez.

A los expertos la reacción de David, el concursante legionario que paradójicamente fue expulsado esa noche, les da qué pensar. Porque este tipo de creencias no solo se propagan de arriba hacia abajo, como podría ser el caso de los jueces hacia los concursantes o un jefe hacia un empleado, también se reproducen en horizontal. Esto es así, cree el psiquiatra, porque “vivimos en una cultura de la competición y la no atención a las vulnerabilidades en el ámbito laboral por el culto al trabajo y eso acaba normalizando este tipo de actitudes incluso entre compañeros”.

Más allá del trabajo, Ascen Castillo sostiene que, en general, todas las personas han aprendido que “mostrarse vulnerables públicamente es una debilidad”, a pesar de que “es una realidad compartida por todos los seres humanos: no podemos con todo, no siempre nos sentimos bien”. Aún así, cree que hay quienes “pueden tener mucho miedo a conectar con su propia vulnerabilidad” y desde ahí “castigan que otros la muestren”.

Para Vázquez esto tiene mucho que ver con la “cultura patriarcal”, en la que “lo que más se valora son esos atributos de supuesta autonomía y fortaleza frente a la empatía, la vulnerabilidad o los cuidados”. Una “fantasía masculina”, lo califica, en la que se piensa que “nunca vamos a necesitar parar o requerir apoyo” a pesar de que todas las personas, en algún momento de nuestras vidas, vamos a estar en ese punto.

Fuente:El castigo 'aleccionador' de MasterChef ante un problema de salud mental "manda un mensaje peligroso" (eldiario.es)

jueves, 4 de abril de 2024

¿Cómo se justifican las horas sindicales de los representantes de los trabajadores?

¿Cómo se justifican las horas sindicales de los representantes de los trabajadores?

¿Con cuánta antelación debe comunicarse a la empresa la utilización del crédito horario de los representantes de los trabajadores?

13/03/2024 - 15:54

Cómo se justifican las horas sindicales de los representantes de los trabajadores. El Estatuto de los Trabajadores establece un 'crédito horario' para representantes laborales, asignándoles horas mensuales pagadas para desempeñar sus funciones. Esta normativa sobre las horas sindicales, vitales para el ejercicio efectivo de la representación sindical y de los trabajadores, varían según el tamaño de la empresa y puede ser ampliada mediante la negociación colectiva. A continuación abordamos cómo debe ser notificado y justificado su uso ante el empresario partiendo de las preguntas que nos envía un lector respecto al uso de estas horas:

"¿Los representantes de los trabajadores (delegados de personal y miembros del Comité de Empresa) pueden cogerse las horas sindicales comunicándoselo a la empresa con menos de 24 horas de antelación? ¿Tienen que justificar a la empresa de algún modo a qué dedican las horas sindicales que faltan al trabajo?"


Las horas sindicales según el tamaño de la empresa

El art. 68, apartado e), del Estatuto de los Trabajadores (ET), reconoce a los representantes de los trabajadores un número mínimo de horas mensuales retribuidas (el llamado “crédito horario”) para el ejercicio de sus funciones de representación, de acuerdo con la siguiente escala:

Hasta cien trabajadores, quince horas.
De ciento uno a doscientos cincuenta trabajadores, veinte horas.
De doscientos cincuenta y uno a quinientos trabajadores, treinta horas.
De quinientos uno a setecientos cincuenta trabajadores, treinta y cinco horas.
De setecientos cincuenta y uno en adelante, cuarenta horas.

Dicho artículo prevé que mediante convenio colectivo se pueda pactar la acumulación de horas de los distintos miembros del comité de empresa y, en su caso, de los delegados de personal, en uno o varios de sus componentes, sin rebasar el máximo total, pudiendo quedar relevado o relevados del trabajo, sin perjuicio de su remuneración.

Dicho crédito horario se reconoce también a los delegados sindicales, cuando no forman parte del Comité de Empresa, en virtud de lo dispuesto en el art. 10.3 de la Ley Orgánica de Libertad Sindical (LO 11/1985, de 2 de agosto).

El crédito horario que establece el art. 68.e) del ET puede ser mejorado por la negociación colectiva, pactando un número superior de horas (pero nunca inferior).

El crédito horario es un permiso retribuido

Pasando a contestar las consultas planteadas, debemos señalar que el art. 37.3 del ET, en su apartado e), configura el crédito horario como un permiso retribuido, por lo que para su utilización se requiere, con carácter general: i) el previo aviso al empresario y ii) su justificación por el trabajador.

El preaviso del uso de horas sindicales

Respecto al preaviso, este tiene como finalidad que la empresa pueda adoptar las medidas organizativas oportunas para el normal funcionamiento de la empresa (p. ej., puede sustituir al representante). Sin embargo, en supuestos excepcionales cabe prescindir de tal preaviso, siempre que se justifique con posterioridad la imposibilidad de éste.

¿Cómo se justifica el crédito horario?

En cuanto a la justificación de la utilización del crédito horario, no se requiere una forma específica, existiendo una presunción de probidad (o de utilización honesta) en el uso del crédito horario por los representantes de los trabajadores. Así, el Tribunal Supremo ha señalado en la sentencia N.º 1.236, de fecha 19/09/1990 (ECLI:ES:TS:1990:10587) que: “De ahí que en estos supuestos la justificación a que se refiere el artículo 37.3 del Estatuto de los Trabajadores opere en el plano formal como exigencia de una indicación al empresario de la finalidad genérica a que se afecta el tiempo utilizado a efectos del control del total disponible, sin que sea preciso una cumplida prueba, a través de medios hábiles al efecto, de las concretas actividades realizadas en las horas utilizadas”.

¿Tiene que autorizarlo el empresario?

Por otra parte, es importante señalar que el uso del crédito horario no está sujeto a autorización del empresario, siendo el propio representante de los trabajadores el que determina el momento en que debe utilizarlo, prevaleciendo siempre el interés colectivo de la representación. Es más, el Tribunal Supremo ha llegado a señalar que la existencia de necesidades organizativas de la empresa no justifica la denegación de la utilización del crédito horario en determinados días (STS 9/11/1998; rec. 1594/1998; ECLI:ES:TS:1998:6543).

Para solicitar información más detallada sobre este tema, puede dirigirse a cualquiera de las sedes de UGT.

viernes, 26 de enero de 2024

Deducciones en tu nómina: ¿Cuáles son y por qué se aplican?

Aunque la mayoría de los trabajadores están familiarizados con los conceptos que figuran en su nómina, muchos desconocen ciertos elementos de la misma, especialmente las deducciones. Merece la pena dedicar unos minutos a comprender este aspecto, que es uno de los más importantes del documento que refleja las percepciones del trabajador y que tiene una gran relevancia a la hora de hacer la declaración de la renta. En este artículo te contamos en profundidad todo lo que necesitas saber sobre la nómina y sus deducciones.

Estructura y elementos de una nómina

Antes de explorar los diferentes tipos de deducciones que aparecen en una nómina, es importante conocer los elementos que conforman la misma. Según la ley, toda nómina debe contener una serie de elementos en una estructura bien definida.

 Por norma general, las nóminas se encuentran estructuradas de la siguiente manera:

Encabezado: en esta sección aparecen siempre los datos del empleado y de la empresa, así como el periodo de liquidación y la antigüedad.

Devengos: la segunda sección de la nómina contiene una serie de cantidades que reflejan el salario base, los complementos salariales y las percepciones no salariales. La suma de todas estas cantidades refleja el total devengado.

Deducciones: esta última sección de la nómina contiene todo aquello que se deduce del salario base para obtener el salario neto de un empleado.

Por lo tanto, mientras que los devengos reflejan el salario bruto de un empleado, las deducciones son todo aquello que la empresa retiene del sueldo del trabajador para destinar a capítulos. Las deducciones pueden ser de varios tipos: retenciones del IRPF, cuotas (sindicales y a la Seguridad Social), pagos en especie, anticipos y otras.

Retenciones del IRPF

En la mayoría de las nóminas, a excepción de ciertos casos especiales, la empresa contratante realiza retenciones sobre el salario del empleado. Esta retención supone un adelanto del pago que el empleado tendrá que realizar a la Agencia Tributaria como parte del impuesto sobre la renta de personas físicas (IRPF). Cuando llegue el momento de realizar la declaración anual del IRPF, el trabajador tendrá que pagar la parte restante del tributo, o bien recibir la devolución correspondiente si la empresa le ha retenido más de lo que le corresponde pagar. Es importante tener en cuenta que la retención que se aplica depende del tramo del IRPF que le corresponde al empleado según su salario.

Cuotas sindicales y a la Seguridad Social

Por otro lado, en las deducciones que se aplican a la nómina de un trabajador pueden aparecer elementos como el pago de diferentes cuotas. Si el empleado está afiliado a un sindicato, se le aplica la deducción de una cuota sindical mensual. Además, en la nómina también aparecen reflejadas deducciones por el pago de las cuotas de la Seguridad Social. Esto ocurre porque el pago a la Seguridad Social corre a cargo tanto de la empresa como del empleado. Si bien es verdad que la empresa hace frente a la mayor parte de la cuota, el empleado también debe pagar su parte correspondiente. Los elementos que forman parte de las cuotas a la Seguridad Social y el porcentaje sobre el salario base que debe aportar el empleado son: 

Contingencias comunes: 4,70 %. Este apartado incluye enfermedades comunes, maternidad y accidentes no laborales.

Horas extraordinarias: 2.00 % en las de fuerza mayor y 4,70 % en las demás.

Accidentes de trabajo: 0,00 %.

Desempleo: 1,55 % si el contrato es indefinido y 1,60 % si el contrato es temporal.

Fondo de Garantía Salarial: 0,00 %.

Formación profesional: 0,10 %.


Otro tipo de deducciones

Además de las retenciones y las cuotas a la Seguridad Social, muchos empleados pueden encontrar en su nómina otro tipo de deducciones: los pagos en especie. Es muy común que ciertas empresas proporcionen a sus empleados seguro médico, cheques restaurante o abonos de transporte, por ejemplo. Esto es lo que se denomina pagos en especie y es una de las deducciones que puede aparecer en una nómina.

Por otro lado, si un empleado pide un adelanto de su sueldo, verá que en su nómina figura una deducción por anticipo. Otras deducciones que pueden aparecer en la nómina son los embargos de la Agencia Tributaria, que se dan cuando esta entidad recurre al sueldo del trabajador para cobrar una deuda.

En definitiva, las deducciones de un tipo u otro figuran en todas las nóminas, aunque no siempre se les presta suficiente atención. Es importante estar familiarizado con estos conceptos para saber calcular el salario neto y bruto que se percibe con exactitud y planificar mejor los ingresos.

Fuente:https://www.bbva.es/finanzas-vistazo/ef/cuentas/nomina-deducciones.html

TABLAS SALARIALE SEGURIDAD PRIVADA 2024 ( CON PERMISOS Y LICENCIAS RETRIBUIDAS)

 

EL AYUNTAMIENTO DEFINE LA REGULACIÓN DE LA ZONA DE BAJAS EMISIONES, QUE ENTRARÁ EN VIGOR A LO LARGO DE 2024 (NOTA INFORMATIVA)

Días de libre disposición: las claves para determinar si son días recuperables y si computan para el cálculo de la jornada anual máxima

Para saber cuál debe ser el tratamiento de los días de asuntos propios o de libre disposición en cada organización resulta esencial comprobar cómo están regulados en el convenio colectivo y cuál es la práctica habitual de la empresa.

A menudo nos encontramos con convenios colectivos que recogen el derecho de los trabajadores a disfrutar de los denominados días de libre disposición, también conocidos como días de asuntos propios. Pero, ¿son días recuperables?, ¿debemos considerar esos permisos como días de trabajo efectivo a efectos del cómputo de la jornada anual máxima?

Según ha interpretado la jurisprudencia, estamos ante un permiso, de configuración convencional, que persigue la finalidad de “facilitar a los trabajadores, que tienen ocupados todos los días laborables con la jornada de trabajo, tiempo para gestiones personales que no puedan efectuarse durante el descanso semanal” (sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo de fecha 15 de septiembre de 2006, rec. 103/2005).

El propio convenio colectivo puede establecer las directrices reguladoras del permiso, de tal forma que las partes negociadoras serán libres para determinar si son días recuperables o no. Así lo ha determinado la Sala de lo Social del Tribunal Supremo a través de su sentencia nº 888/2019, de fecha 20 de diciembre de 2019 (rec. 233/2018), al indicar que “la cuestión relativa a si un concreto permiso retribuido por asuntos particulares es recuperable ha sido examinada por este Tribunal, existiendo resoluciones judiciales favorables y contrarias a dicha recuperación en función de las específicas circunstancias concurrentes en cada supuesto”.

La referida sentencia define los elementos a tener en cuenta. Los detallamos a continuación. La regulación del permiso y de la jornada laboral establecida en el convenio colectivo o en el acuerdo aplicable

La jurisprudencia ha considerado, en los casos analizados, si los días de libre disposición han sido convencionalmente configurados como un permiso retribuido o no. El estudio de esta circunstancia ha dado lugar a respuestas jurídicas enfrentadas:Sentencia nº 477/2017 de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo, de 6 de junio de 2017 (rec. 171/2016)

Esta resolución analizó si el permiso de dos días de libre disposición regulado en el II Convenio colectivo del sector de transportes de enfermos y accidentados en ambulancia de la comunidad autónoma canaria debía computar como tiempo de trabajo efectivo a efectos de la jornada anual máxima establecida por convenio, llegando a la conclusión de que son días recuperables.

En esta ocasión, el Alto Tribunal entendió que resultaba exigible la recuperación de los días de dicho permiso en la medida en que el convenio colectivo, bajo la rúbrica “permisos y licencias”, regulaba un listado de supuestos de hecho que daban lugar al derecho a ausentarse del trabajo de manera retribuida, fuera de cuyo listado se situaba el permiso de días de libre disposición (a pesar de que quedara acreditado que la empresa venía retribuyendo tal permiso).

Para el Alto Tribunal, esta circunstancia constituye un elemento decisivo y, trayendo a colación la sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo de 29 de mayo de 2007, recuerda que si la voluntad de las partes negociadoras del convenio colectivo hubiera sido que los días de asuntos propios no fueran recuperables, se habrían realizado las correspondientes deducciones en la jornada anual, debiendo prevalecer la norma reguladora de la jornada sobre la reguladora de los días de libre disposición, concluyendo que procede la recuperación de tales días.Sentencia nº 107/2018 de la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional, de 22 de junio de 2018 (rec. 93/2018)

Esta resolución de la Audiencia Nacional llegó a la conclusión contraria en la medida en que el convenio colectivo aplicable no dejaba lugar a dudas respecto de la equiparación que, a todos los efectos, se hacía del permiso de días de libre disposición con el resto de permisos retribuidos regulados. Indica la resolución que “en caso de haber pretendido que los días de permiso por asuntos propios fueran recuperables los contratantes habrían incluido el permiso dentro de las licencias no retribuidas, pues si el día de libre disposición hay que recuperarlo, la conclusión a la que se llega es que en realidad no se retribuye dicho día, porque lo que se está haciendo es sustituir un día de trabajo por otro”

La práctica llevada a cabo por la empresa sobre la recuperación de tales días

Otro de los elementos que subraya la referida sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo de fecha 20 de diciembre de 2019 como relevante para resolver la controversia es atender a la práctica habitual que la empresa viene ejecutando en torno a la eventual recuperación de tales días.

El Tribunal Supremo, especialmente a través de su sentencia de fecha 9 de abril de 2014 (rec. 76/2013), ha venido recordando que, para el caso de que la propia literalidad del precepto convencional no permita esclarecer cuál fue la voluntad última de los negociadores, se debe atender a los actos llevados a cabo por la empresa. En este sentido, dicha resolución falló a favor de la no recuperación de dichos días de libre disposición por quedar acreditado que la empresa siempre concibió estos permisos como no recuperables: “No consta que en ningún caso la empresa haya exigido la recuperación de este día de descanso para asuntos propios, lo que lleva a pensar que siempre entendió que se trataba de un permiso no recuperable, lo que nos conduce a resolver la duda en este mismo sentido, puesto que no existe razón para llegar a la conclusión contraria en este momento histórico cuando siempre prevaleció”.

Por tanto, atender a los actos llevados a cabo por la empresa a propósito de la cuestión que nos ocupa se antojará también de suma importancia.

En conclusión, debemos prestar especial atención (i) a la regulación convencional de este tipo de permisos y (ii) a la práctica sobre la recuperación de los días de dicho permiso que venga ejecutando la empresa, para determinar si procede su cómputo a efectos del cumplimiento de la jornada máxima de trabajo o si, por el contrario, estamos ante días recuperables.

Fuente: Xabier Solis
https://www.lexology.com/library/detail.aspx?g=d905dd51-7d2d-493e-8130-4da6b66ae740

lunes, 22 de enero de 2024

Prosegur queda fuera del macrocontrato valenciano de seguridad por los uniformes

 



Ángel Álvarez
Valencia 6:00 - 17/01/2024

Enlace a la licitación: https://contrataciondelestado.es/wps/poc?uri=deeplink%3Adetalle_licitacion&idEvl=WoVH8VNYW8nE6P%2FuLemXRw%3D%3D


Hace apenas unos días el propio presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, aseguraba en una feria textil en Alemania ante que su Gobierno iba a endurecer las medidas contra la competencia desleal en ese sector incrementando los controles y las sanciones ante los empresarios valencianos de una industria castigada durante las últimas décadas por la competencia asiática y del norte de África.

Casualidad o no, la Administración valenciana acaba de adjudicar el contrato de seguridad para los próximos 4 años valorado en 132 millones de euros y ha dejado fuera a uno de los mayores operadores del sector en España, Prosegur, precisamente por una cuestión relacionada con los uniformes de sus trabajadores.

La central de compras de la Generalitat que ha tramitado el expediente de contratación decidió no admitir a Prosegur porque la compañía no presentó todos los certificados OEKO-TEX o parte de los incluidos no se habían renovado para varias de las prendas que forman parte de la equipacion de los trabajadores que debían asumir las funciones de vigilancia y control en los edificios públicos de la Administración valenciana. El certificado OEKO-TEX acredita que los tejidos no contienen productos peligrosos para la salud y cumplen con la normativa europea en materias como sostenibilidad o condiciones laborales.

Así lo revela la resolución de la mesa de contratación, que incluso especifica las prendas concretas para las que no se incluyeron las acreditaciones requeridas por la Administración. Según ese documento, la compañía de seguridad no presentó los certificados para la "cazadora" ni para los "polos" de invierno y de verano. Además, los certificados referentes a los "pantalones" tanto de invierno como de verano no estaban en vigor, según recoge la resolución.

Prosegur no fue la única firma que vio su oferta rechazada por estos motivos. De hecho, durante la tramitación la mesa dio 15 días de plazo a Prosegur y otras tres empresas para corregir la falta de documentación sobre los certificados OEKO-TEX. Entre ellas se encontraba Fovasa Seguridad, de Grupo Gimeno, la que se hizo con el mayor importe del contrato, que sí presentó los certificados en ese plazo extra. En el caso de Prosegur, presentó la documentación adecuada para las "camisas" de verano y de invierno en esos 15 días, pero no los de las otras prendas.

Tanto Prosegur como otra de las firmas no admitidas, Salzillo Seguridad, alegaron contra esa decisión. Sin embargo, el órgano administrativo mantuvo su exclusión, al considerar que al no contar con esos certificados obligatorios según los pliegos no se podría puntuar en igualdad de condiciones y que modificar los documentos presentados posteriormente supondría modificar la oferta.
Los adjudicatarios

Como publicó elEconomista.es, la Generalitat Valenciana acaba de anunciar la adjudicación de ese contrato que se divide en 9 lotes y está valorado en 131,9 millones de euros. En él se incluyen las labores de vigilancia, control y seguridad de la mayoría de los inmuebles dependientes de la Administración autonómica en Alicante, Castellón y Valencia.

La filial de seguridad de la división de servicios del castellonense Grupo Gimeno, Fovasa Seguridad, y la filial del sector de Clece se han hecho con el grueso del nuevo contrato licitado por la Generalitat Valenciana para proteger sus edificios públicos durante los próximos cuatro años. También han conseguido alguno de los lotes la valenciana Med Seguridad y Casva, filial del grupo castellonense Simetría.