sábado, 31 de marzo de 2018

Amazon subirá el sueldo a sus trabajadores.

MUERTE A LOS SINDICATOS.

No se si éste artículo es realmente de Iñaqui Gabilondo, no parece su estilo, pero lo que dice no tiene desperdicio y son cosas que vienen bien recordar en éstos tiempos tan revueltos. 

oooOooo

Nueva moda. Rajar de los sindicalistas. Algo fácil y barato, por cierto. Lo llevan en la solapa ciertos políticos, lanzando mensajes subliminales sobre su actual falta de utilidad para los trabajadores, politización, corrupción, derroche económico. Resulta curioso: Los mismos que alientan al escarnio público, suelen lanzar piedras cargadas por sus propias mezquindades. 

Además, la destrucción del sindicalismo hace mucho más fácil la labor de los gobernantes, sin movilizaciones ni huelgas, especialmente la de quienes dirigen tras la cortina. Qué bien estaríamos si no existieran los sindicatos, piensan algunos. 

El problema es que esa frase por la que suspiran los gobernantes "Qué bien estaríamos sin sindicatos" empieza a calar entre la gente de a pie, con un discurso cargado de improperios, gritos, oportunismo, mala leche y, sobre todo, un enorme vacío de argumentos que se resume en: "Para lo que hacen, mejor que no hagan nada", "Por mí los echaba a todos y los ponía a trabajar", "Están vendidos, no se mueven, no están con los trabajadores". Luego terminan reservándote para el final el placer de oír la raída historia de: "Conozco a uno que está de liberado sindical.". 

Confesar ser liberado sindical, en estos tiempos que corren, es un auténtico pecado capital. Mejor inventar cualquier otra cosa antes de que te descubran. Te pueden acechar en cualquier esquina, a cualquier hora: sacando dinero, haciendo la compra, recogiendo a tus hijos en el colegio. Cualquier lugar y excusa es buena, para utilizar como insulto la palabra "sindicalista". 

Se puede ser banquero chupasangre, se puede ser político en cualquiera de sus muchos cargos (concejal, alcalde, o delegado provincial.) y trincar todo lo que se quiera, aceptar sobornos y trajes, realizar chantajes, revender terrenos públicos, recortarle el sueldo a los trabajadores o directamente despedirlos sin indemnización. Se puede, incluso, aumentar el recibo de la luz a los pensionistas hasta asfixiarlos, o salir en fotos besando niños y ancianos mientras los colegios y asilos se caen a trozos, cobrar dos o tres sueldos en tres cargos diferentes, declarar a hacienda que se está arruinado mientras se cobra de mil chanchullos distintos, para que su hijo obtenga la beca que le permita comprarse una moto a costa del Estado. 

En este maldito país se puede ser lo que se quiera, pero no sindicalista. 

Nadie se acuerda ya de la última huelga, aquella en que nadie de la empresa fue, excepto los dos afiliados que perdieron el sueldo de aquel día, para que luego se firmara un acuerdo que les subió el sueldo a todos. Incluso a aquellos que escupieron sobre la huelga.

O de Luís, ese hombre que estuvo 30 años cotizando, y que gracias a la pre-jubilación que se consiguió en su momento, puede ahora, con 60 años y despedido de su puesto, tirar para adelante sin necesidad de buscar un trabajo que nadie le ofrecería. 

Recuerden también a Marta, la chica de 23 años que estuvo aguantando un jefe miserable con aliento a coñac, que le obligaba a hacer más horas extras para tener un momento de intimidad donde poder acosarla mientras le recordaba cuándo le vencía el contrato. Hasta que su mejor amiga la llevó al sindicato y, gracias a una liberada sindical, ahora el tipo ha tenido que indemnizarla hasta por respirar. 

Son muchos los que les deben algo a los sindicatos, y a los sindicalistas: El maestro que pudo denunciar al padre que le pegó en la puerta del colegio, los trabajadores que consiguieron que no les echaran de la RENAULT, la chica que pudo exigir el cumplimiento de su baja por maternidad en su supermercado. Porque también fue una liberada sindical la que se puso al teléfono el día en que despidieron a Julia, la chica de la tienda de fotos, y le ayudó a ser indemnizada como estipulan los convenios; y aquel otro joven que movió cielo y tierra para arreglarle los papeles al abuelo para procurarle una paga medio-decente, porque los usureros de hace 30 años no lo aseguraban en ningún trabajo. Para qué recordar las horas al teléfono escuchando con paciencia a cientos de opositores a los que no aprobaron, gritando e insultado porque en el examen no les contaron 2 décimas en la pregunta 4. O el otro compañero sindicalista, el que denunció a la constructora que se negaba a indemnizar a la viuda de su amigo Manuel, que trabajaba sin casco. 

Ya nadie se acuerda de dónde salieron sus vacaciones, los aumentos de sueldo que se fueron consensuando, el derecho a una indemnización por despido, a una baja por enfermedad, o a un permiso por asuntos propios.

Esta sociedad del consumo, prefiere tirar un saco de manzanas porque una o dos están picadas, por muy sanas que estén el resto. Los precedentes televisivos: entrenadores de fútbol, famosos de la exclusiva en revistas, y demás subproductos, se convierten en clinex de usar y tirar dependiendo de las modas. Ahora, en un momento en que los trabajadores deben estar más juntos, arropados y combatientes contra quienes realmente les explotan, aparecen grietas prefabricadas en los despachos de los altos ejecutivos, ávidos de hincar más el diente en el rendimiento de la clase trabajadora.

 ¿Quién tirará la primera piedra?. ¿Serán los políticos gobernantes, o los banqueros quienes hablarán de dejadez o vagancia?. ¿Tendrán capacidad moral los jueces o los periodistas, de hablar de corrupción en las demás profesiones?. ¿Serán más idóneos para iniciar lapidaciones, los super-empresarios del ladrillo?. ¿En qué profesión se puede jurar que no existen vagos, corruptos, peseteros, o ladrones?. ¿Preguntamos mejor entre la Iglesia o la Monarquía.?.

Pero qué fácil resulta rajar en este país. Siembra la duda, y obtendrás fanatismo barato.

Qué bien asfaltado les estamos dejando el camino a quienes realmente nos explotan cada día. ¡Acabemos con los sindicatos!. Sí. Dejemos que la patronal y los bancos regulen los horarios, las pensiones, los sueldos, las condiciones laborales y los costes del despido. Verán cómo nos va a ir con la reforma del mercado laboral, cuando los sindicatos dejen de existir y no puedan convocarse huelgas ni manifestaciones.

Verán qué contentos se pondrán algunos cuando sepan que ya no estarán obligados a pagar las flores de los centenares de trabajadores que mueren todos los años, a costa de sus mezquindades.

Iñaki Gabilondo.

Fuente: http://www.ccoo.us.es/uploads/descargas/Muerte%20a%20los%20sindicatos.pdf


Éste si es de Iñaki Gabilondo, los subtítulos están en Esperanto.

martes, 20 de marzo de 2018

El código «Código de la Policía Nacional» ha sido actualizado el 23 de febrero de 2018,

Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado

BOE a la Carta: Mis códigos

El código «Código Laboral y de la Seguridad Social» ha sido actualizado el 7 de marzo de 2018,

gencia Estatal Boletín Oficial del Estado

BOE a la Carta: Mis códigos

El código «Código de Violencia de Género y Doméstica» ha sido actualizado el 12 de marzo de 2018,

Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado

BOE a la Carta: Mis códigos

jueves, 8 de marzo de 2018

¿Feliz dia de la mujer?

El verdadero origen del 8 de marzo, Día de la Mujer: una terrible, sangrienta e injusta matanza

A pesar de la connotación alegre y reivindicativa que tiene el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, lo que realmente se recuerda cada año en esta fecha es la terrible matanza de 120 mujeres trabajadoras de una fábrica textil de Nueva York. La Policía las asesinó en unas terribles cargas durante una manifestación en la que exigían mejores condiciones laborales.




La historia se remonta a hace más de 100 años, concretamente el 8 de marzo de 1875, cuando cientos de mujeres trabajadoras de una fábrica de textiles de Nueva York marcharon por las calles contra los bajos salarios, menos de la mitad de lo que cobraban los hombres. Esa jornada terminó con 120 mujeres muertas por la brutalidad policial y provocó que las trabajadoras fundaran el primer sindicato femenino.

El 25 de marzo de 191
1, tuvo lugar nuevamente uno de los mayores desastres de la industria en Estados Unidos. 146 trabajadoras murieron en un gran incendio de una fábrica textil a causa de derrumbes, quemaduras e intoxicación por humo y otras se suicidaron al no tener escapatoria.

Los responsables de esas muertes fueron los propietarios de la fábrica Triangle Shirtwaist, que habían sellado las puertas de las escaleras y de la salidas para evitar que las empleadas robaran. Esta terrible tragedia trajo importantes cambios en la legislación laboral y provocó el nacimiento del Sindicato Internacional de Mujeres Trabajadoras Textiles.

No fue hasta 1909 cuando se celebró por primera vez el Día de las Mujeres Socialistas en EEUU, un 28 de febrero. En 1910, la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas estableció el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
La feminista rusa Alexandra Kollontai, que entre otras cosas logró el voto para la mujer o la legalidad del divorcio, consiguió establecer el 8 de marzo como la fiesta oficial en la Unión Soviética. En España comenzó a conmemorarse en 1936 y la ONU oficializó esta fecha en 1975.

Fuente: http://www.lasexta.com/noticias/sociedad/verdadero-origen-marzo-dia-mujer-terrible-sangrienta-injusta-matanza-huelga-feminista-feminismo_201803075aa022740cf2afdd1288bf30.html

lunes, 5 de marzo de 2018

La empresa de seguridad andaluza Grupo Control prevé un negocio de más de 70 millones y consolida liderazgo en Andalucía

  • La empresa de seguridad andaluza Grupo Control espera que la cifra de negocio consolidado de 2018 supere los 70 millones de euros, y el pasado año ha logrado "consolidar el liderazgo como la principal empresa de seguridad andaluza de España".



27/02/2018 10:47
SEVILLA, 27 (EUROPA PRESS)
La empresa de seguridad andaluza Grupo Control espera que la cifra de negocio consolidado de 2018 supere los 70 millones de euros, y el pasado año ha logrado "consolidar el liderazgo como la principal empresa de seguridad andaluza de España".

Fuentes del Grupo Control han precisado a Europa Press que, según el Plan Estratégico del grupo, la cifra estimada de negocio consolidado de 2018 supera los 70 millones de euros.

La compañía ha resaltado en una nota remitida a Europa Press que el pasado año ha fortalecido su implantación en Andalucía con nuevas adjudicaciones del servicio de vigilancia y seguridad de instituciones públicas repartidas por todas las provincias. Ha apuntado que así lo confirma su volumen de facturación en 2017 que, añadido a los servicios que presta en los ámbitos público y privado, el número de trabajadores y el porcentaje de empleados fijos, "elevan a esta empresa como la más importante del sector con sede social en Andalucía".

Considera que estos datos consolidan también a Grupo Control "como una de las empresas de referencia en el ámbito estatal, donde desde hace varios años cuenta con presencia en todas las capitales de provincia de España", una realidad que "se confirma con el aumento de las adjudicaciones de los servicios de seguridad y vigilancia que Grupo Control ha adquirido recientemente de instituciones públicas repartidas por todas las provincias andaluzas".

Así, ha precisado que en Sevilla, Grupo Control asume la seguridad de la sede central del Servicio Andaluz de Empleo, la Dirección General de Fondos Europeos, el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía, y la de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía que, además de Sevilla, abarca la seguridad de esta administración en las ciudades de Granada y Almería.

En las demás provincias se pueden destacar adjudicaciones, como en Cádiz, con la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, la Delegación de Salud e Igualdad, y los Servicios de Valoración de la Delegación de Salud; en Huelva, con el Catastro, la Consejería de Fomento y Vivienda; o el Centro de Valoración y Orientación de la Consejería de Igualdad y Salud de Córdoba, la Delegación de Gobierno de la Junta de Andalucía en Málaga, y del Estadio de la Juventud Emilio Campra de Almería.

A estas nuevas adjudicaciones hay que sumar los servicios de seguridad que Grupo Control ya presta en otras instituciones, como el Parlamento de Andalucía y la Cámara de Cuentas de Andalucía, ubicados en Sevilla.

Ha resaltado que también se ha adjudicado la gestión de la seguridad de importantes espacios museísticos como el de la Fundación Pública Andaluza, Centro de Estudios Andaluces de Coria del Río, donde se encuentra el Museo de la Autonomía de Andalucía, el Museo de la Aduana de Málaga, el Museo Íbero de Jaén o el Arqueológico de Almería, entre otras administraciones públicas. 
El director de Seguridad de Grupo Control, Miguel C. Luengo, ha señala que "para Grupo Control supone un ilusionante reto y una importante responsabilidad asumir la seguridad de estas instituciones públicas".

Sobre el liderazgo en Andalucía, Luengo ha apuntado que "el objetivo ahora reside en mantener y afianzar esta posición, que nos ayuda a impulsar nuestro crecimiento a nivel nacional y siempre con nuestra filosofía como seña de identidad, esto es, cercanía, confianza, y la última tecnología para ofrecer el mejor servicio a quienes confían su seguridad en nosotros".

Los servicios de seguridad que se prestan en estas instituciones consisten en vigilancia, protección de las personas, bienes e inmuebles, control de accesos y con sistemas de seguridad con videoverificación en sus instalaciones conectados siempre a la Central Receptora de Alarmas de Grupo Control.
Fuente:  http://www.lavanguardia.com/local/sevilla/20180227/441122359931/la-empresa-de-seguridad-andaluza-grupo-control-preve-un-negocio-de-mas-de-70-millones-y-consolida-liderazgo-en-andalucia.html

sábado, 3 de marzo de 2018

GUÍA DE SOPORTE VITAL PARA SEGURIDAD PRIVADA COMO PRIMER INTERVINIENTE EN INCIDENTES ARMADOS


¡Sindicalistas: pongo la mano en el fuego por vosotros!

OPINIÓN | QUIM GONZÁLEZ MUNTADAS


¡Sindicalistas: pongo la mano en el fuego por vosotros!




Imagen de la manifestación del 1 de Mayo de 1979. FOTO: Prudencio Morales

Recuperar la autoestima de la militancia sindical es imprescindible para que el sindicalismo pueda cumplir su tarea


Pocas entidades y organizaciones sociales y políticas como nuestros Sindicatos Confederales están llamadas a analizar los bajos niveles de valoración que la sociedad española muestra hacia su trabajo y su función. Así lo expresa con toda crudeza la última encuesta del CIS y, lo que resulta más grave, así lo percibe en primera persona la militancia sindical cuando escucha, de manera algo desmoralizante y con gran decepción, la opinión de muchos vecinos y amigos sobre el papel de los sindicatos y la imagen de los sindicalistas. No debería haber tarea más urgente y necesaria que restaurar la moral y la autoestima de los miles de hombres y mujeres que hoy sienten sus ideales agredidos y despreciado su trabajo cotidiano.

Revertir esta injusta realidad requiere analizar con valentía qué es lo que está fallando en la política sindical y detectar lo que precisa urgente corrección, a fin de recuperar el prestigio de la causa y la militancia sindical, por el bien de los trabajadores y las trabajadoras, pero también por la salud de la democracia de nuestro país.

Una primera explicación se encuentra en la infame campaña de acoso y derribo a CCOO y UGT que algunos potentes medios de comunicación vienen realizando, y ante la cual la inmensa mayoría de sus militantes se sienten indefensos e indignados. Es desmoralizador reconocerse como blanco de injurias e intentos de desprestigio del compromiso y militancia en la defensa de los derechos de la clase trabajadora, y en muchas ocasiones desearían una defensa más contundente frente a estos ataques. Más allá de estas campañas, la grave crisis que padecemos incorpora una mayor dificultad para el sindicalismo confederal y para la función de representar los intereses de los trabajadores y trabajadoras en las empresas y en los sectores.

Recuperar la autoestima de la militancia sindical es imprescindible para que el sindicalismo pueda cumplir su tarea

La crisis ha sustituido la percepción del sindicalismo, históricamente identificado con los avances sociales conquistados por la organización y la unión de la clase trabajadora, por la función, prioritaria pero incómoda, de conservar, cuando no impedir, la pérdida de derechos, la defensa del empleo y, consecuentemente, la ingrata misión de negociar ajustes de plantilla o reducciones de salario, un planteamiento no siempre comprendido por amplios colectivos de ciudadanos que simpatizan con las reconocidas y prestigiadas organizaciones sociales y políticas con quienes CCOO y UGT comparten el discurso y las movilizaciones de denuncia ante la crisis.

Recuperar la autoestima de la militancia sindical es imprescindible para que el sindicalismo pueda cumplir su tarea. No sólo con la cabeza bien alta frente a los ataques de la derecha reaccionaria, como ha hecho el Secretario General de CCOO de Andalucía, sino también frente a amplios colectivos que exhiben injustamente una superioridad moral sobre afiliados y afiliadas de CCOO y UGT porque saben que tienen mejor prensa y mayor aprecio social que la militancia sindical. Una militancia sindical que convive con la contradicción del reformismo realista y necesario si quiere ejercer su función de sindicato, más allá de la denuncia y las soflamas.

Urge resolver esta injusticia explicando, por ejemplo, que fueron los militantes de CCOO y UGT quienes recogieron más firmas en los centros de trabajo para la ILP encabezada por Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Así podríamos ir enumerando todas y cada una de las iniciativas promovidas por la Cumbre Social, para confluir en que los sindicalistas no pueden constituir solamente la infantería sin bandera en sus movilizaciones.

Urge explicar y extender el gran trabajo que en estas difíciles condiciones está realizando el sindicalismo en nuestro país. Trabajo duro y valiente, que queda diluido y callado por el ruido de la calle, porque, como dice el refrán, “hace más ruido una carreta vacía que una carreta llena”. Urge contar como ejemplo, la actividad sindical en el sector financiero que se encuentra en profunda transformación. Las propuestas sindicales, las movilizaciones y los difíciles acuerdos pasan desapercibidos por unos medios de comunicación que suelen ignorar el rigor y el acuerdo, porque atrae mucho más para la noticia “una calle llena que una empresa vacía”. Preguntemos a expertos en relaciones laborales internacionales y nos explicarán los escasos países europeos en los que su sindicalismo respondería con la inteligencia y la madurez que están demostrando estas dos federaciones sindicales de CC.OO y UGT.

De la misma forma, en muy pocos países europeos pasaría desapercibido un Acuerdo Sindical de la potencia y valor como el alcanzado el pasado mes de mayo en la empresa Michelin España. Un Acuerdo que es ejemplo en la multinacional para el resto de los países y en el que sacrificio compartido ha conjugado flexibilidad, participación sindical, solidaridad, estabilidad, mejora de la competitividad y empleo. Ha pasado desapercibido porque no se han quemado neumáticos y porque “solo” ha habido cientos de reuniones, mucha participación de los trabajadores, mucho estudio, muchas horas de trabajo y mucha actividad sindical, mucha inteligencia y profesionalidad de los sindicatos y los dirigentes de la empresa, lo que precisamente no suelen aportar las reformas laborales ni tampoco los discursos genéricos.

Y así podríamos llenar páginas y páginas de resultados del trabajo sindical. Ejemplos en grandes y pequeñas empresas, ejemplos en regulaciones, suspensiones y cierres de empresas, de difíciles y complejos acuerdos, de movilizaciones con diferentes resultados, la inmensa mayoría son fruto del trabajo honrado y silencioso de miles de personas. Y hay que decirlo porque las dificultades sociales y económicas nos obligan a reconocer que hoy la militancia sindical precisa de tanta valentía y compromiso como la exigida hace décadas, en aquellos tiempos heroicos.

Por ello todos los demócratas y progresistas de nuestro país deberían decir con toda tranquilidad y confianza: ¡Sindicalistas, pongo la mano en el fuego por vosotros!

Fuente:http://www.nuevatribuna.es/articulo/economia-social/-sindicalistas-pongo-la-mano-en-el-fuego-por-vosotros/20130702170301094343.html