domingo, 30 de noviembre de 2014

LOS VIGILANTES NO TENEMOS AMIGOS

LOS VIGILANTES NO TENEMOS AMIGOS

La lectura de la noticia de la sanción impuesta a un compañero por no llevar la placa visible me mueve a hacer una reflexión que como vigilante de larga trayectoria ya me he ido formando a lo largo de todo este tiempo. El vigilante de seguridad, no tiene amigos, no somos admirados, no se nos considera como un colectivo al que nadie aspire a formar parte, somos los "seguratas" que nos gusta incordiar porque nos creemos "policías" sin serlo y además queremos ejercer de eso, de policías, no somos dignos de consideración a pesar de comernos todos los marrones que se produzcan a nuestro alrededor, no se nos tiene respeto, no se nos reconoce autoridad y además cuando llegan las rebajas de verano hay publicaciones que hacen reportajes de como ejercer tus derechos ciudadanos ante esos "seguratas" que van a por ti en las tiendas de moda, poco menos que diciendo como nos pueden "burrear" con todos los resquicios legales al día de la fecha.

Las Administraciones Públicas licitan al margen del convenio nacional importándole un pimiento si un colectivo de trabajadores va a quedar a merced de esas "empresuchas" que tienen convenio propio para así poder beneficiarse ellas sin importarles sus trabajadores, la ley y el reglamento de seguridad privada y si me aprietas un poco el Estatuto de los Trabajadores.

La policía a pesar de lo que diga alguna orden ministerial y tal no nos miran a la cara y mucho menos nos consideran compañeros, salvo honrosas excepciones o que les convenga por razones de nuestro servicio, ("compañero" te dejo aquí mi coche un momentillo que voy al dentista, no tardo nada, me dice uno mostrándome la placa, tu le sonríes y le dices: lo que tu digas compañero, le importa un rábano si te ponen en un aprieto o no, a mi me importa un rábano pues a los efectos para mí es un coche de la policía).

La empresa no es tu amiga y esto no hay que explicarlo, todos lo vivimos y es lo primero que aprendemos o deberíamos aprender.

Si algo te pasara, ojalá que no, puedes estar seguro que no saldrás en las noticias con tu nombre y apellidos, no pondrán tu foto y harán una semblanza de lo bueno que eras y lo gran profesional, nadie hablará por ti para afear la falta de recursos que tenemos para el ejercicio de nuestras funciones a la empresa y a la administración, no pondrán tu capilla ardiente en la sede central de ninguna empresa de seguridad ni envolverán tu féretro en ninguna bandera que luego entregarán a tu familia con gran solemnidad, y ya de medallas lo mejor es ni hablar.

Si en algún momento actúas en cooperación con policía, bomberos, protección civil, guardia civil, sanitarios, unidad militar de emergencias y todo un largo etcétera de intachables servidores públicos por motivos de alguna desgracia de colosal magnitud, luego podrás ver el homenaje que se les da como reconocimiento a su labor (merecido sin duda, nadie mejor que tú lo sabes que fuiste el primero en acudir y llamarlos y trabajaste codo con codo con todos ellos hasta la extenuación ). Pero de ti ni en los créditos finales.

Somos los malos de la película. Recuerdo un día, que una psicóloga de una Administración Pública en la que trabajaba me dijo después de llevar con ellos bastante tiempo que era una persona muy sensata, que no parecía que fuera vigilante de seguridad, me quedé muerto, realmente quiso decir que no me adaptaba a su patrón de prejuicio y etiqueta, lo cual también dice mucho de ella, pues a mi realmente no me pareció que fuera una psicóloga por ese comportamiento tan poco sensato que tuvo, me lo tuvo que notar en la cara.

Por todo esto y por mucho mas... los vigilantes tenemos la obligación para con nosotros y aquellos que puedan sufrir por nosotros, de ser los mejores profesionales que haya, tenemos que ser personas capacitadas y cualificadas y esto solo se consigue con formación de todo tipo y sobre todo autodidacta, hay que saberse la ley y el reglamento al dedillo, las ordenanzas del ayuntamiento donde estemos y que tengan o pudieran tener que ver con nuestro cometido, no podemos consentir que nadie nos pille en cosas como la de la noticia, debemos ir como se nos exige en ley y reglamento. A la hora de actuar hay que hacer una lectura en clave de interés propio de todo lo que acontece y enfocar el hecho por el lado menos lesivo para nosotros, no dejarnos de ir por emociones solo por demostrar cosas que luego no sirven para nada y te pueden complicar la vida, nadie te va a agradecer nada, solo los que están esperándote en tu casa merecen tu sacrificio.


Pepe Roldán

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