Los retos de la seguridad privada

¿Quién iba a pensar mientras escuchamos los hits de Whitney
Houston con nuestro walkman que en 2016 los ataques a infraestructuras
ascenderían a la friolera de 105.000, el doble que en 2015?
Porque
ya nadie usa walkman, aquel mítico aparato de los años 80 era el primer
ciberataque, la música de sonaba en aquella cinta era un troyano,
que afectó al oleoducto siberiano, desde entonces, 1982 a nuestros días
hemos cambiado la manera de escuchar nuestras canciones favoritas,
pasando de vinilos, casetes CDs, canciones desde nuestros dispositivos, y
la herramienta de hacerlos sonar se ha ido sofisticando, a veces, como
una misma, volvemos por nostalgia a viejos aparatos como los tocadiscos
con el brazo preparado para hacer sonar nuestro vinilo, porque la
calidad musical es diferente a oírla con unos cascos desde un
smartphone.
Algo parecido ocurre en la seguridad privada.
Hay que saber cuando utilizar aquella gramola que hace sonar la canción
seleccionada cuando echamos una moneda de 50 céntimos o cuando es
necesario hacer retumbar de sonido con un clic o una palabra estando a
km de distancia de la fuente.
El cibercrimen es
aquel cantante al que aborrecemos, no podemos oír, pero las emisoras de
radio ponen sus baladas una y otra vez da igual en que frecuencia te
escondas, está al día, y todas las cadenas musicales lo saben. ¿Qué
hacemos? Prevenir, hacer todo lo posible para que aquella canción no
llegue a nuestros oídos, eso hacen ellos. Esta modalidad criminal llega a todas las empresas multinacionales, hasta la más cotizada, no hay escapatoria.
¿Qué
queda? Hacer frente a ello, con inteligencia, con decisiones acertadas,
aplicando más que nunca la famosa frase que dice “estar en el momento
justo, en el sitio adecuado” para poder repeler o al menos tener controlados los ataques que se producen todos los días y de los que somos ignorantes
a grandes empresas y a aquellos funcionarios de alguna Administración
que en su tiempo libre les gusta ir al teatro y leer un libro, todos
somos un objetivo, porque es la nueva era, el modelo de delinquir
emergente, donde estamos en desventaja, como en otras muchas profesiones
a lo que a fechorías se refiere, cuando un traficante de drogas descubre el nuevo método de intentar engañarnos para colar droga por la Aduana,
estamos en clara desventaja porque hay que estudiarlo, hay que abarcar
distintos modos de trabajar, tener en cuenta las distintas modalidades
de drogas, como se ve cada una en el cuerpo humano transformada en
radiografía, que contrastes nos dan la pista… Imaginad en un mundo tan desconocido a la vez que usado como lo es Internet y todo lo que lleva consigo.
En Diciembre de 2015 se produce un ataque a Iberdrola, en Ucrania, y deja sin luz a la población Ucraniana. ¿Imaginamos el caos que produce un ataque de estas dimensiones realizado desde un PC?
¿Y si a parte de estar incomunicados, pensamos en que dejamos a todos
los Hospitales sin luz, sin comunicar? ¿Hemos pensado en aquel que está
conectado a un respirador? No sólo tiene las consecuencias para
la empresa, también las tiene para la sociedad, se podría calificar como
los atentados de la red.
Lo cierto es que parece que no
se es verdaderamente consciente de esto, parece lejano, parece irreal,
visto en una película de los años 90 llamada Matrix, y no es así, hay
que abrir lo ojos ante esta realidad, muchos de los profesionales de la
seguridad privada coinciden, el dinero es aquel problema tan grande que
forma un bache casi insuperable por las ruedas de un todoterreno 4x4, no
se financia ni se confía lo suficiente para dar todos los recursos
alcanzable para evitar ataques, para garantizar hasta el punto que el
equipo de la seguridad pueda, la infranqueabilidad de los sistemas, de
las entradas, de los robos… Parece innecesario, pero ¿no es ese el
objetivo? Prevenir que ocurran delitos desde el ordenador de
cualquier habitación a manos de un niño de 16 años, o de un terrorista
islámico, o puede que de algún infiltrado en la alguna empresa que tenga un interés supremo de dinero.
La
inversión en seguridad privada es enorme, debe ser enorme, sin ella el
funcionamiento de una empresa está muerto y sepultado, como Repsol, que
cree en la seguridad y por ello lleva a cabo su actividad en países como
Libia y Argelia, países de conflicto donde la realidad es muy distinta a
España, en Argelia todo se requisa, la seguridad está a cargo del
ejército, muchos de las leyes son secretas para el extranjero; en Libia
la seguridad está a cargo de milicias, ni hay legislación… Esto es con
lo que medían día a día la seguridad privada.
¿Dejan su producción
por ello? ¿Dejan de trabajar? No, lo que hacen es hacer uso óptimo de
la seguridad y de todos los que la componen. España es pionera
en muchos aspectos de la infravalorada seguridad privada que en demás
países está calificada con Matrícula de Honor desde el Vigilante hasta
los más altos niveles que dirigen, porque como la sanidad, la seguridad,
también salva vidas.
Fuente: http://www.elespanol.com/blog_del_suscriptor/opinion/20170426/211548847_7.html
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