lunes, 10 de marzo de 2014

Nunca tuvieron las empresas el mango de la sartén más bien cogido que ahora.

 Sobre la responsabilidad de nuestros actos

La responsabilidad es un valor que está en la conciencia de la persona, que le permite reflexionar, administrar, orientar y valorar las consecuencias de sus actos, siempre en el plano de lo moral. (Fuente Wikipedia).
Recientemente se ha llevado a cabo la firma del Convenio  Colectivo de Empresas de Seguridad Estatal. Este convenio en un corto  periodo  de tiempo se ha visto afectado por continuos cambios en sus articulados motivados por las exigencias de la  patronal y fundamentado en el progresivo deterioro del tejido productivo del país. Todos sabemos o intuimos que el juego, si se permite esta palabra, en la negociación colectiva es a dos bandas, Patronal y Trabajadores, pero si hacemos un análisis más profundo del él veremos que en realidad los elementos que intervienen en dicho juego son más, y más complejos.
 Las grandes empresas están participadas de unas figuras que se llaman accionistas , los cuales esperan resultados de sus inversiones, los propios clientes, pequeños o grandes que se sienten afectados por las decisiones que se toman en toda negociación colectiva,  esperan en todas ellas, una disminución del gasto en seguridad.
Los distintos cambios legislativos en materia laboral hace que en determinados momentos se tenga que retomar una negociación colectiva  pues estos cambios al ser sobrevenidos, a veces,  en plena negociación o  una vez cerrada ésta, obliga a retomar lo pactado. Éste  es, el elemento que nos faltaba, el factor legislativo del gobierno.
 Es el gobierno, quien en este periodo de crisis ha entrado a tener un papel muy activo legislando sobre conceptos que afectan tanto a las empresas como, evidentemente, a los trabajadores y que viene a repercutir negativamente en la paz social que ha de regir  el inicio de cualquier negociación colectiva. Por lo tanto y ante tantos elementos interesados en cualquier negociación colectiva entre empresas y trabajadores podemos sospechar lo difícil que es  la firma de un convenio, máxime en un escenario como el que respiramos en la actualidad. Es imposible pretender firmar algo que satisfaga por unanimidad a todos los factores que intervienen.
Volviendo al concepto de la  responsabilidad, es esto lo que precisamente se les exige a cada uno de los participantes  en las negociaciones colectivas, en todos los ámbitos: sensatez, raciocinio y buen juicio en todas sus decisiones y razonamientos. Dice una de las expresiones de la definición de responsabilidad más arriba expuesta, que se ha de valorar las consecuencias de sus actos. Efectivamente, todo acto tiene una consecuencia. Hay consecuencias que pueden ser enmendadas posteriormente y otras que permanecen durante un periodo largo de tiempo haciendo daño al colectivo mientras tanto se llega a una solución.
Tomar una decisión cuando formas parte de una negociación es sumamente compleja y precisa de una gran capacidad de juicio y ponderación por parte de todos.
Toda decisión que toma un representante de los trabajadores en una negociación, tiene consecuencias  y estas consecuencias deben ser evaluadas por ellos: Efecto sobre la familia, seguridad jurídica en el empleo o estabilidad, Artº 14, sobre la subrogación, las vacaciones, efectos en  las condiciones de trabajo, etc. En definitiva una armonía familiar que los que somos viejos en el sector sabemos que hemos de disfrutar porque un trabajador/ra no es solo eso, es tanto el sustento económico de la familia como el emocional.
Supongo, que para aquellos que forman parte en una negociación, les sería más fácil pedir unas condiciones económicas cerradas e innegociables sin evaluar las consecuencias actuales de la economía y del poder tan preponderante de las empresas. Es este, el poder económico de las empresas junto a la situación de crisis y la falta de motivación del colectivo el que influye en una decisión razonable a la hora de llevar a cabo la resolución de un Convenio o negociación.
Analizados los tres ejes importantes en toda negociación solo queda aplicar la RAZÓN, y buscar de lo malo; lo menos malo. No vale llevar a todo un colectivo al suicidio donde las empresas, avaladas por la legislación actual laboral, tienen las de ganar, y sin la legislación, también, si analizamos las características del sector. Nunca tuvieron las empresas el mango de la sartén más bien cogido que ahora.
La Reforma Laboral llevada a cabo por el  gobierno, facilita como se ha podido comprobar con las amenazas de ERES y descuelgues, el saneamiento de todas las empresas que así lo decidan sean los trabajadores fijos o no, con la antigüedad que queramos. Han creado la herramienta perfecta, la cual, es una definición de crisis económica y la forma de atajarla que podrá ser utilizada por las empresas que crean que se encuentran en una situación similar a la definida en el texto legal o que simplemente sospechen que pudieran encontrarse. De todo esto y por mi experiencia se dan cuenta los trabajadores cuando se encuentran con los despidos y en las puertas de los Juzgados.
Estoy completamente seguro de que los firmantes del actual convenio colectivo no están a gusto con la resolución del mismo, pero por otra parte estoy convencido de que han aplicado todo lo anteriormente expuesto sobre la razón y la equidad, entendiendo que han llevado a cabo un concienzudo análisis de la situación económica, laboral legal y las características peculiares del conjunto del sector.
Acudid e informaros de todos los pormenores de la negociación a vuestros sindicatos y cread vuestra propia opinión. Vendrán, esperamos, mejores momentos donde hacer las cosas de otra manera pero ahora, el escenario es éste.
Diego Roldán Guerrero.

Secretario de Organización FES.UGT. MÁLAGA


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